La retención de líquidos es una afección leve, pero muy común entre la población.
Este problema está caracterizado por la aparición de edemas.
Para eliminar esta hinchazón deberemos seguir una dieta baja en sodio y mover las piernas.
La retención de líquidos es una afección leve que afecta a una gran parte de la población. Sin embargo, muchas personas creen padecer este problema cuando en realidad no es así.
Antes de proceder a combatir la retención de líquidos es necesario contar con un diagnóstico que corrobore que tenemos este problema. Si se trata de una verdadera retención de líquidos aparecerán edemas, es decir, una hinchazón en tejidos blandos como piernas, brazos y abdomen.
Sus causas son muy variadas y pueden tener como origen una mala alimentación, problemas circulatorios, enfermedades renales o hepáticas, sedentarismo o cambios hormonales, entre otros.
¿Cómo sé si sufro retención de líquidos?
Para elaborar el diagnóstico es indispensable consultar a un médico. A grandes rasgos, los principales síntomas de la retención de líquidos son los siguientes:
Aumento de peso sin explicación.
Edemas en las piernas, tobillos, brazos, muñecas, manos u abdomen.
Aumento del perímetro abdominal.
Sensación de pesadez.
Fatiga y malestar general.
Si te sientes identificado con estos síntomas y ya cuentas con un diagnóstico seguro, te contamos cómo puedes eliminar este problema siguiendo cinco consejos:
Elimina la sal
El tratamiento dietético principal para eliminar los edemas consiste en seguir una dieta baja en sodio. Por ello, será indispensable eliminar la sala de nuestra dieta. En su lugar, podremos aderezar las comidas con otros condimentos como especias, limón o aceite de oliva.
También deberemos revisar las etiquetas de los alimentos, ya que muchos incorporan sal o potenciadores de sabor ricos en sodio.
Bebe agua
Beber abundante agua es un hábito saludable indispensable en cualquier dieta. Sin embargo, muchas aguas minerales tienen una alta cantidad de sodio, por lo que deberemos verificar en la etiqueta que la concentración se sitúe por debajo de los 50 mg/litro.
Evita las conservas y los procesados
Todas las frutas y verduras, carnes y pescados están permitidos, ya sean frescos o congelados. No obstante, no deberemos adquirir sus variantes en conserva o enlatadas (por la gran cantidad de sal y conservantes que contienen), ahumadas, saladas y procesadas (como embutidos, salchichas o hamburguesas). También se deberán evitar todos los platos preparados y salsas.
Cocina al vapor
Para mantener una dieta baja en sodio, pero seguir disfrutando del sabor de los alimentos, se aconsejan métodos de cocción como el vapor, el papillote, el horno, la plancha o los guisos, ya que todos realzan el sabor de los alimentos sin necesidad de añadidos.
Por el contrario, debemos dejar de hervir la comida para que esta no pierda su sabor natural.
Muévete
Combinar una dieta equilibrada y baja en sodio con un poco de ejercicio y movimiento es la receta infalible para combatir la retención de líquidos. Podemos probar de mantener las piernas elevadas durante unos minutos, hacer ejercicio de forma regular y evitar estar sentados durante largos periodos de tiempo.