Corintia y las Mataculebras

Corintia y las Mataculebras

Sabe que no es monedita de oro y por lo mismo entiende que está sujeta a la crítica, aunque siendo honestos, pocas veces le reclaman por su labor como regidora o como secretaria general del PRI… las “críticas” van más allá del argumento y sí, a veces percibe un cierto dejo de violencia política por ser mujer. Hoy, ya es candidata a diputada por el distrito 10, zona que conoce pues la recorrió con David Velasco Chedraui por ser su suplente, la recorrió como edil y la recorre por cuenta propia… a pesar de tener “pie chiquito”…
II
La primera impresión que tuve hace unos años, al sentarme con Corintia Cruz Oregón, era que iba a tener una plática aburrida con una niña con cara bonita. Me equivoqué y no tuve empacho, al terminar nuestra reunión, de ofrecerle disculpas… hace unos días, estuvimos platicando y entendí el porqué de esa plática tan agradable que puede tener: le gusta la oratoria y todavía un poco más: ella misma escribe sus propios discursos. Tuvo un buen maestro: Don Víctor, su padre.
Por cierto, hace dos años decidió emanciparse y vive sola. Si bien, no deja de ser un proceso difícil para ella, porque don Víctor, doña Irene, así como sus dos hermanos Víctor y Cindy, siempre estaban a las órdenes para escucharla; ya ni qué decir de “Bichita”, esa gatita que va para 21 años, o “Turbo”, “Peluso” o “Chico”, sus caninos amigos, de cálida compañía. Pero la política, lo sabe, es a veces ruda y no podía llegar con problemas o involucrarlos en temas ofensivos, que muchos confunden con la “crítica”.
III
Al lado de sus platillos, una libreta, lapicero y sus inseparables lentes. “El que escucha, no se equivoca”, dice. Así, a cada comentario que se le hace interesante, o que puede tener alguna utilidad, lo apunta. Eso sí, tiene una letra horrible (eso dice ella), pero sabe quién fue la responsable de ello: ¡La maestra Susana! a quien por cierto, la encontró hace poco y tras saludarla, tampoco tuvo empacho en decirle a su mentora de primaria que ella era la responsable de tan mala caligrafía:
–¿Y yo por qué?– le respondió la maestra Susana.
–¡Porque nada más me tenía en los concursos de oratoria y declamación!
Por supuesto, la maestra Susana soltó la carcajada y llamaba a sus compañeras y ex alumnos a que conocieran a Corintia.
IV
Cory, como también le dicen, está consciente de que las condiciones en Xalapa no son tan sencillas en materia electoral, pero no por ello, “vamos a tapar ningún problema, porque el PRI no es de personajes, sino de ideales”. Y tiene en claro que se intentará meter a todos los candidatos del Revolucionario Institucional “en un solo cajón”.
Paradójico, pero tiene confianza en el triunfo apoyándose precisamente en la estructura del PRI, así como en quien la acompañe como suplente que, a su juicio, debe ser igual, una mujer que haya caminado el distrito, que conozca el distrito y sobre todo, a su gente.
–¿Y a ti te conoce la gente?
–¡Hasta me dicen “La Güerita”!– y es que es llevadera, tanto con señoras, señores y sobre todo, con los niños, que la siguen mucho… ¡ah! y por supuesto, aunque suene a broma, ¡hasta los perros la buscan! Sí, aún mantiene esa costumbre de llevar bolsas con alimento canino.
Se levanta y su pantalón con caída de campana, casi oculta su pie…
–¿De qué número calzas?
–Dos y medio– ¡igual que mi madre! ¡igual que mi hija! Entiendo el problema de ir a comprar zapatos ¿al área de niñas? Pero eso no la amilana… dice que cuando anda en las colonias, ¡se pone sus botas mataculebras!

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