Tu piel se repara mientras duermes como piedra, así que privarte de una buena noche de sueño puede causar que la epidermis se reseque y aparezcan arrugas.
Falta de sueño y arrugas
Tu piel se repara mientras duermes como piedra, así que privarte de una buena noche de sueño puede causar que la epidermis se reseque y por consecuencia las arrugas aparecen.
Dicho esto, no reposes boca abajo: la almohada puede estropear tu piel, y apoyarte en tu vientre impide que el fluido de la cara se drene, lo que puede incrementar la hinchazón alrededor de los ojos.
Tu celular
Un estudio de 2008 sugiere que la luz visible de alta energía (la azul) que emiten los focos fluorescentes y los de LED, las televisiones de pantalla plana, las tabletas, los teléfonos inteligentes, las pantallas de las computadoras y otros dispositivos digitales puede penetrar hasta las capas más profundas de la piel.
Contaminación ambiental
La exposición diaria al esmog, el humo de cigarrillo y las emisiones de los autos daña la epidermis —la capa más superficial—, lo que lleva al estrés oxidativo y al envejecimiento prematuro de esta.
Busca productos para el cuidado de la piel que contengan antioxidantes. También utiliza un limpiador ligero en las noches para deshacerte de estos residuos.
Lentes de contacto
El simple hecho de usar estos instrumentos no causa arrugas; es el hábito de levantar las cejas para colocártelos lo que origina el problema. Con el paso del tiempo, el movimiento repetitivo puede causar que tu frente padezca estas imperfecciones.
“Las consecuencias pueden incluir envejecimiento prematuro, arrugas, manchas solares y paño”, comenta el médico Jeffrey Fromowitz, dermatólogo radicado en Boca Ratón, Florida. Además, ver tu teléfono todo el día causa la formación de líneas y arrugas en el cuello, corolario del doloroso padecimiento conocido popularmente como “cuello tecnológico”.