San Andrés Tuxtla, Ver.
Mónica Pelayo López
DEBO APRENDER: – Que enamorarme no es obsesionarme ni irme a los extremos. – Que no debo poner toda la motivación de mi vida en una persona. – Que si pretendo tener una relación de adulto, debo comportarme como tal. – Que no es bueno sobrevalorar, endiosar, ni idealizar a nadie. Porque todos somos humanos, y no debo esperar de mi pareja más de lo que puedo esperar de un ser humano. – Que es bueno ser como soy, siempre y cuando eso no implique irrespetar a quien esté conmigo. DEBO ACEPTAR: – Que los planes pueden desaparecer en un instante, porque el futuro se mueve y no como a mí me de la gana. Si éste me permite hacer algunas cosas sobre él, debo estar agradecido y no lamentándome por todo lo que no pude hacer. – Que alrededor del amor, la sociedad ha creado muchas cosas que son creencias para todos, pero resulta que al vivirlas son un fraude. Por eso debo afrontar la cara a la verdad de la relación objetivamente y no continuar una relación por una falsa comodidad o por miedo al dolor. Si la vida me demuestra que aquello en lo que puse mi corazón es una mentira, debo aceptarlo; llorando, desahogándome y renaciendo como la nueva persona que seré. DEBO ENTENDER: – Que no se debe rogar amor y que una relación de pareja no es para vivir angustiado. – Que la comodidad que me brinda la rutina es falsa porque la vida está en constante cambio, por eso es necesario aprender a tolerar la inseguridad natural que se maneja en la vida cotidiana. DEBO ACEPTAR: – Que en el amor, como en cualquier otra cosa de la vida, existen los tropiezos, las caídas y los dolores, esto te produce miedo y lo único que hace es dificultar más las cosas. – Que en algunas ocasiones es necesario pasar por un gran dolor para conocer una granfelicidad, ya que a veces el suelo del fondo es el más apto para brincar. DEBO RECORDAR: Que a veces, lo bueno se obtiene esperando y presionando se arruina. Por eso es necesario tener paciencia, esperar tranquilamente y RECORDAR… – Que la impaciencia es producto de un impulso emocional que tal vez pronto pasará. – Que la impaciencia asfixia a quien está conmigo. – Que la presión se puede convertir en acciones irrespetuosas. – Que tomar una decisión mientras estoy impaciente es peligroso, porque estoy influido por un estado emocional extremo y pierdo toda objetividad, ahí no va mi verdad, va mi impulso, mi compulsión, y podría hacer algo de lo que me arrepienta. DEBO TENER PRESENTE: – Que el sentir algo hoy, no implica que lo sienta mañana, y así como me permito disfrutar, también debo permitirme llorar, ya que el dolor es parte de la vida, al igual que el placer. DEBO MEJORAR MI AUTOESTIMA: – Para que la partida de quien quiero no me haga sentir despreciado, humillado o rechazado. – Para no ser tan sensible al abandono. – Para que no hiera mi ego. – Para no terminar creyendo que me dejaron por feo o por tonto. – Para poder aceptar que simplemente funcionó el tiempo que tuvo que funcionar. – Para no arrastrarme poniéndome de alfombra a los pies de nadie. DEBO ACEPTAR: – Que a quien le agrado hoy, no es seguro que le agrade mañana. Y eso no tiene porque ofenderme… – Si acepto que a veces las personas no pueden dar más, ni yo mismo. – Si acepto que quien esté conmigo tiene derecho a no estarlo y a que yo no le guste. – Si acepto que quien amo, tiene derecho a tomar sus propias decisiones, aunque a mí no me satisfagan. DEBO APRENDER: A NO SER POSESIVO. El que alguien se vaya no es perder una pertenencia que me gustaba mucho. Mi pareja no es mía, es prestada, y «su dueño» tiene derecho a llevárselo cuando desee. Y aunque «ser dueño» de alguien brinde más seguridad que tenerlo prestado, debo entender que eso es una ilusión. Aunque crea que es mía, no lo es, por lo tanto… – No puedo decidir sobre la vida de quien esté conmigo. – No puedo esperar que haga sólo lo que yo desee. – No puedo controlarle, manipularle, adueñarme de ella, ni controlar su destino. – No debo reclamarle a la vida porque me quitó lo que me prestó. Pero sobre todo… DEBO APRENDER… QUE NUNCA DEJARE DE APRENDER, y mientras continúo aprendiendo, debo permitirme vivir y sentir. Texto extraído del libro: «Extrañando a Dina» Escrito por el psicólogo Mario Alonso Madrigal |