Además de los riesgos en la salud de los menores, bañarse cuando llueve es una diversión peligrosa.
En temporadas de lluvias es común que los padres permitan que sus hijos se bañen en la lluvia o jueguen con el agua de arroyos o charcos, pero esto además de traer consecuencias para la salud podría ser peligroso.
En primer lugar, el agua de la lluvia, en especial la que se revuelve con la que ya está estancada, ocasiona enfermedades en la piel. Si estas no son atendidas adecuadamente pueden empeorar y convertirse en terribles infecciones.
Los virus hacen que te de resfriado
Cuando llueve, los resfriados y la gripe se incrementan. Esto debido al cambio brusco de temperatura en el ambiente, sobre todo cuando el agua está fría, caminamos descalzos por la casa y permanecemos mojados más de 10 minutos. Los bebés y menores de 10 años son los más propensos a enfermarse.
El resfriado es causado por numerosos virus (principalmente rihnovirus, coronavirus y también ciertos ecovirus y coxsackievirus) que infectan el sistema respiratorio superior. Estos virus se transmiten de persona a persona a través de pequeñas gotas de saliva que se expelen al toser, hablar o durante los estornudos.
Las gotas son inhaladas directamente o, más frecuentemente, se transmiten de mano en mano mediante saludos.
El peligro de los rayos y accidentes
Además de las consecuencias en la salud, los rayos que caen cuando llueve representan peligro para los niños. Estos suelen caer cerca de cables de la luz, transformadores eléctricos y árboles aunque no se escuchen los truenos después de un relámpago.
Los rayos pueden matar con facilidad a las personas, sobre todo cerca de los aparatos y lugares antes mencionados, así que con mayor seguridad a un niño.
La corriente de arroyos suele crecer en minutos cuando son lluvias de moderadas a intensas y los pequeños pueden ser arrastrados. Existen muchos casos de niños y adultos que han perdido la vida al ser arrastrados por la corriente.
En especial cuando los padres no hablan con sus hijos sobre estos peligros. En algunos casos, los menores aprovechan la lluvia para jugar con pelotas o juguetes que se les escapan en dirección del agua, incluso eso sucede con las sandalias.
Los automovilistas también representan un peligro, ya que cuando llueve los autos suelen derrapar y el agua dificulta la visibilidad a través del las ventanas y cristal delantero del carro.