Por. L.C.C. Aarón Reyes Natividad|
Sontecomapan, Ver. 04 de Agosto de 2016.- |
El presbiterio de la diócesis de San Andrés Tuxtla se reunió en la parroquia de San Pedro Apóstol para dar gracias a Dios por el don del Sacerdocio.
Con la fiesta de San Juan María Vianney, que se conmemora el 4 de agosto, la Iglesia también celebra el día del Párroco en memoria de aquel que se dedicó con empeño a la conversión de su parroquia.
La figura del párroco – sacerdote tiene una gran relevancia para la Iglesia. Tal como se expone en el mismo Código de Derecho Canónico -es el pastor propio a quien el Obispo diocesano confía pastorear a la comunidad que le ha sido encomendada, viviendo el día a día con y para ella, enseñándole, rigiéndola y guiándola hacia la santidad.
En la diócesis de San Andrés Tuxtla lo hemos nombrado EL DIA DEL SACERDOTE con la misma intención celebrativa, para ser incluyente con todos los hermanos del ministerio aunque no sean párrocos, pero que comparten la misma misión.
Historia:
- El Día del Párroco se estableció en la festividad de San Juan María Vianney, el Cura de Ars, nacido en Dardilly, cerca de Lyon, Francia, el 8 de Mayo de 1786; muerto el 4 de agosto de 1859.
- En 1806, el cura de Ecully, M. Balley, abrió una escuela para aspirantes y Juan Bautista María Vianney fue enviado a ella.
- El 13 de agosto de 1815 fue ordenado sacerdote por monseñor Simón, Obispo de Grenoble.
- En 1818 fue hecho párroco de Ars, una aldea no muy lejos de Lyon. Fundó una especie de orfanato para jóvenes desamparadas.
Los milagros registrados por sus biógrafos son de tres clases: en primer lugar, la obtención de dinero para sus limosnas y alimento para sus huérfanos; en segundo lugar, conocimiento sobrenatural del pasado y del futuro; en tercer lugar, curación de enfermos, especialmente niños.
- El 3 de octubre de 1874 Juan Bautista María Vianney fue proclamado venerable por Pío IX, y el 8 de enero de 1905 fue inscrito entre los beatos. El papa Pío X lo propuso como modelo para el clero parroquial. En 1925, el papa Pío XI lo canonizó. Su fiesta se celebra cada 4 de agosto.
La grandeza del sacerdote
“Un buen pastor según el Corazón de Dios, es el tesoro más grande que el buen Dios puede conceder a una parroquia, y uno de los dones más preciosos de la misericordia divina”. “Si desapareciese el sacramento del Orden, no tendríamos al Señor. ¿De qué nos serviría una casa llena de oro si no hubiera nadie que nos abriera la puerta? El sacerdote tiene la llave de los tesoros del cielo: él es quien abre la puerta; es el administrador del buen Dios; el administrador de sus bienes.
Testimoniar y transmitir el amor misericordioso de Dios.
Urge también en nuestro tiempo un anuncio y un testimonio similar de la verdad del Amor: Deus caritas est (1 Jn 4, 8).
El amor a María; El Santo Cura de Ars recordaba siempre a sus fieles que “Jesucristo, cuando nos dio todo lo que nos podía dar, quiso hacernos herederos de lo más precioso que tenía, es decir de su Santa Madre”.
Expresó Mons. Fidencio, que el Papa les dice; el primer rostro que deben custodiar es el sacerdocio. No los dejen expuestos a la soledad y al abandono, presa de la mundanidad que devora el corazón. Estén atentos y aprendan a leer sus miradas para alegrarse con ellos cuando sientan el gozo de contar cuanto <<han hecho y enseñado >> (Cf. Lc. 22, 61-62), y también, por qué no, para sostener, en comunión con Cristo, cuando alguno, ya abatido, saldrá con Judas <<en la noche>> (Jn 13,30). En estas situaciones, que nunca falte la paternidad de ustedes, Obispos, para con sus sacerdotes. Animen la comunión entre ellos, hagan perfeccionar sus dones, intégrenlos en las grandes causas, porque el corazón del apóstol no fue hecho para cosas pequeñas.