Los eclipses solares son fenómenos astronómicos que impresionan a más de uno, además que gracias a ellos ocurren algunos cambios en nuestro planeta.
Los eclipses solares, son fenómenos astronómicos que ocurren muy pocas veces, es por eso que muchas personas se entusiasman cuando se da la noticia que seremos testigos de uno.
Sin embargo, hay que saber que durante los eclipses solares pueden ocurrir ciertos cambios en la Tierra de los que no somos conscientes, pero que es interesante saber.
Un eclipse solar es un fenómeno astronómico que ocurre cuando la Luna se interpone entre la Tierra y el Sol, bloqueando total o parcialmente la luz solar.
Este evento solo puede suceder durante la fase de luna nueva, cuando el Sol y la Luna están alineados con la Tierra. Existen tres tipos de eclipses solares: total, parcial y anular.
En un eclipse total, la Luna cubre completamente el disco solar, mientras que en un eclipse parcial, solo una parte del Sol es oculta. En el caso de un eclipse anular, la Luna no cubre completamente el Sol, dejando un anillo de luz visible alrededor de sus bordes.
Aunque uno de los cambios más notorios durante un eclipse solar es que po unos cuantos minutos se oscurece la Tierra, hay otros que ocurren mientras sucede este fenómeno astronómico. Toma nota cuáles son.
Durante un eclipse solar, especialmente en los totales, uno de los cambios más notorios es la reducción significativa de la iluminación ambiental. A medida que la Luna cubre el Sol, el día se transforma gradualmente en un crepúsculo inusual, creando una atmósfera surrealista.
Este cambio abrupto afecta tanto a seres humanos como a animales, provocando reacciones de asombro y, en algunos casos, desorientación.
Otro cambio perceptible durante un eclipse solar es la disminución de la temperatura. Al bloquearse la luz del Sol, se produce una notable caída en la temperatura ambiental, que puede variar entre 3 y 6 grados Celsius, dependiendo de la duración y cobertura del eclipse.
El comportamiento animal también experimenta alteraciones significativas durante un eclipse solar. Muchas especies de animales se confunden ante el cambio repentino de luz y temperatura, lo que puede hacer que comiencen a comportarse como si fuera el crepúsculo o la noche.
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Aves que normalmente cantan al amanecer o al atardecer pueden empezar a hacerlo, mientras que algunas especies nocturnas pueden activarse prematuramente.
Las plantas, al igual que los animales, pueden responder al eclipse solar. Aunque su reacción no es tan inmediata ni evidente, estudios han demostrado que ciertas plantas cierran sus flores o reducen su velocidad de fotosíntesis en respuesta a la disminución de luz.
Los eclipses de Sol propician la aparición de fenómenos ópticos únicos y espectaculares. Uno de ellos es la «corona solar», visible solo durante un eclipse total, cuando la atmósfera externa del Sol se hace visible como un halo luminoso alrededor de la Luna oscura.
Otros fenómenos incluyen los «anillos de Baily», causados por la luz solar que brilla a través de los valles lunares, creando puntos brillantes justo antes y después de la totalidad.
La influencia de un eclipse solar en la atmósfera terrestre va más allá de lo visible, afectando incluso la dirección y velocidad del viento. Investigaciones de la Universidad de Reading, en el Reino Unido, han mostrado que el descenso en la temperatura ambiental, causado por la ocultación del Sol, frena el ascenso del aire caliente desde la superficie terrestre.
Este fenómeno conduce a modificaciones en los patrones habituales del viento, alterando tanto su velocidad como su dirección.
La NASA explica que, debido a que el eclipse ocurre durante la fase de Luna nueva, los efectos gravitacionales son comparables a los experimentados regularmente cada 28 días. Sin embargo, lo que hace especial al eclipse es la alineación precisa de la Tierra, la Luna y el Sol. Esto afecta la fuerza gravitacional ejercida sobre objetos en la Tierra, incluidos nosotros mismos.
Además, la alineación directa durante un eclipse, con la Luna y el Sol ubicados en el mismo lado de la Tierra, provoca una deformación en la corteza terrestre. Esta deformación puede elevar la superficie terrestre hasta 40 milímetros en áreas de hasta mil kilómetros, acercándonos un poco más al Sol de lo habitual.
Con información de: Excelsior