El especialista asegura que la plaga no está confirmada y las fumigaciones se hicieron de manera indiscriminada
Desde hace varias semanas en redes sociales varios estudiantes de diferentes facultades de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) reportaron la presencia de chinches en las instalaciones , lo que encendió las alarmas debido a la plaga mundial que se registra de estos parásitos, por ello las autoridades universitarias comenzaron con fumigaciones, dejando víctimas colaterales: las abejas.
De acuerdo con el ecólogo urbano Luis Zambrano, tras la fumigación para acabar con la plaga -que en sus palabras no está comprobada- se han encontrado muertas varias abejas en la Facultad de Arquitectura (FA), pues de acuerdo con el especialista la Máxima Casa de Estudios tomó la decisión de fumigar todo, aunque eso implicara “matar todo”, pues eso ocurre con la mayoría de los insecticidas.
Por ello, el Instituto de Ecología de la UNAM emitió una serie de recomendaciones, como no compartir información no verificada, antes de fumigar revisar las camas, resanar los huecos de las paredes, aunque si la presencia de chinches no es muy grande, se recomienda ahuyentarlas con aceites esenciales.
Algo que el ecólogo recordó en su publicación de X, es que las ciudades forman parte de los ecosistemas, por ello es de vital importancia conocer la flora y fauna que las habitan y poder respetarlas, sobre las abejas varios organismos han informado sobre la importancia que tienen para la vida en el planeta.
El Programa para el Medio Ambiente de la organización de las Naciones Unidas (ONU) señala que las abejas forman parte de la biodiversidad de la que todos dependemos para sobrevivir, pues son los mayores polinizadores y contribuyen directamente a la seguridad alimentaria. Además la apicultura es fuente de ingresos en las comunidades rurales.
Según los expertos en abejas de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), un tercio de la producción mundial de alimentos depende de ellas. Además, proporcionan alimentos de alta calidad -miel, jalea real y polen- y otros productos como la cera de abeja, el propóleo y el veneno de abeja.
Tanto las abejas como otros polinizadores -mariposas, murciélagos y colibríes- están amenazados por las actividades humanas, sus poblaciones disminuyen alarmantemente, poniendo en peligro no solo su existencia, también la vida humana y en general, pues supone una amenaza para una variedad de plantas fundamentales para el bienestar y el sustento de los seres humanos.
De acuerdo con la Comisión Nacional Forestal (Conafor), son varios los factores que amenazan a las abejas: la pérdida de hábitats, las prácticas de la agricultura industrializada como los monocultivos (menor disponibilidad y diversidad de alimento para estos insectos), el uso de plaguicidas, el despoblamiento de las colmenas, parásitos y enfermedades, especies vegetales y animales invasoras y los impactos del cambio climático.
Los insecticidas, que se usan de manera indiscriminada, son una de las principales amenazas para las abejas, su uso tanto en la agricultura como en las ciudades ha mermado sus poblaciones, además de la muerte los plaguicidas tienen efectos subletales que pueden deteriorar la salud de la colmena.
Con información de: El Heraldo de México