El caña-gate

El caña-gate

En la recta final de la sucesión gubernamental, los ánimos se caldean, las pasiones se desatan.
Y aunque el verano ya terminó, se antoja un otoño contradictoriamente ardiente, tanto, que ni el invierno podría atemperar.
Así, por ejemplo, el gobernador Javier Duarte de Ochoa, ya no pudo más, dejó a un lado su auto control, y este domingo obsequió a Héctor Yunes, de regalo de cumpleaños, una caña de pescar, para que el senador “pesque peces gordos”. Como es sabido, el choleño había declarado que el próximo gobernador deberá meter a la cárcel a quienes se roben dinero del erario público, y utilizó como metáfora la tan sobada frase de los animales acuáticos.
Ya Héctor reaccionó este domingo al devolver la caña de pescar, no sin antes comentar que para pescar peces gordos, más bien se necesitaría un barco de gran tonelaje (¿acaso un barco ballenero?).
La relación de Duarte de Ochoa y Yunes Landa ha sido de altibajos.
Por épocas malas y en otras ocasiones no tan malas. Hasta hace unos meses era excelente, al grado de que el legislador logró incrustar a amigos y comadres en el gabinete estatal.
Pero de unas semanas para acá, la relación comenzó a deteriorarse, curiosamente después de que Javier Duarte sostuvo una reunión –a petición del titular de Hacienda, Luis Videgaray- con el senador José Yunes Zorrilla, otro de los fuertes prospectos a la primera magistratura de la entidad.
A partir de ese momento, Héctor endureció sus declaraciones con respecto de la administración duartista, para posteriormente reunirse con Pepe Yunes, quien desde hace ya varios meses, no ha logrado reconciliarse con Javier Duarte.
Pero acaso la gota que derramó el vaso fue el pasado jueves cuando en el portal de noticias Versiones, se publicó una foto tomada ese mismo día en la que aparecen el diputado Fidel Kuri Grajales, Héctor Yunes Landa y… Miguel Ángel Yunes Linares, acérrimo enemigo del titular del Poder Ejecutivo en Veracruz.
Por eso es que, al entregarle la caña de pescar, frente a miles de campesinos y los diferentes medios de comunicación, Duarte le reprochó a Héctor que “aquí en el Estero (lugar de residencia del diputado panista Yunes Linares) hay unos peces gordos también muy importantes que puede pescar con esta caña”.
Así, al quedarse Duarte sin su ex aliado, el senador Héctor Yunes Landa, es por eso es que desde el pasado viernes se comenzó a filtrar en columnas que aparte de Pepe y Héctor Yunes, también hay otro aspirante con posibilidades, que sería el diputado federal Alberto Silva.
Pero al cerrarse la lista a una terna, ya el legislador Érick Lagos Hernández, mandó a decir, a través de columnistas afines, que la candidatura a la gubernatura no sólo debe decidirse con base en encuestas sino que el ungido debe ser el que represente la unidad de todos los priistas veracruzanos.
En fin. Esto está al rojo vivo. Las declaraciones encendidas y los performances pesqueros, revelan  que los escenarios de la sucesión se le han descompuesto al primer priista del estado.
Y es que se advierte que los precandidatos punteros, Héctor y Pepe, no están en el ánimo del Gobernador.
Aquí el problema es que ni Alberto Silva, Erick Lagos, ni ningún otro de los prospectos locales, garantizan ganar la gubernatura, pues en las encuestas se encuentran muy por debajo de los senadores. A estos charales se los comería de un bocado el tiburón Yunes Linares, escualo bastante contaminado y desprestigiado, pero tiburón al fin.
No obstante, a como están de complicados los escenarios , quien sea el candidato a gobernador, no puede hacer a un lado o confrontarse con Javier Duarte. Chueco o derecho, el gobernante tiene un capital político nada desdeñable.
Es cierto, que la decisión la tomará el Presidente Enrique Peña Nieto, pero también lo es que el huésped de Los pinos, seguramente tomará en cuenta la opinión de éste como de los otros gobernadores de las entidades en las que habrá elecciones el año entrante.
Pero de lo que no hay duda es que esto se pone al rojo vivo.  ¿Quién entrará de réferi entre el gobernador y los senadores? ¿Acaso Peña? Ya se sabrá.
 
EN LA CAPITAL de Veracruz, hay un fenómeno que llama la atención y es que se vive una desenfrenada escalada de obra pública. En el centro se han rehabilitado losas de concreto que hacían intransitables calles importantes de Xalapa, y en las colonias hay una modernización con vialidades de concreto hidráulico, lo mismo que introducción de drenaje sanitario y de agua potable, además de las obras de infraestructura como el colector Fernando Gutiérrez Barrios y otros más que se construyen en el municipio, más los puentes vehiculares como el de Las Cumbres y el próximo ciclo peatonal de la zona universitaria. Todo este volumen de obras  prevén que el cierre de este año será digno de recordarse pues habrá una ciudad que va forjando su transformación y esto es destacado sabiendo cómo están las cosas de complicadas en materia económica para los gobiernos. Hay que tomar muy en serio las palabras del alcalde Américo Zúñiga Martínez quien advirtió que para el 2016, a pesar de las condiciones económicas adversas, “buscaremos hacer más, manteniendo una administración eficaz, eficiente y funcional”. Así de claro.
 

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