Las flores son la principal ofrenda que este pueblo de las Altas Montañas ofrece a la Virgen Guadalupana, a quien festejan por días.
Para el municipio de La Perla, los festejos a la Guadalupana continúan después del 12 de diciembre. Desde hace 24 años, realizan una ofrenda a la Virgen de Guadalupe, que se ha convertido en un gran atractivo, y este 2024 no fue la excepción. Más de un millón de flores visten la fachada y el interior de la Parroquia de Santa María Virgen de Guadalupe.
Enclavado en la región de las Altas Montañas, el municipio serrano enfrenta problemas como desnutrición, altos niveles de pobreza, rezago económico y violencia. Sin embargo, el fervor de sus habitantes por la Morenita supera cualquier adversidad, como demuestran cada año al rendirle un homenaje lleno de devoción.
Los preparativos comienzan el 25 de noviembre, cuando los feligreses asumen sus tareas. La más laboriosa es la decoración de la Parroquia de Santa María Virgen de Guadalupe, ubicada en la cabecera municipal. Los pobladores trabajan en grupos de 100 personas durante la mañana, tarde y noche.
Se trata de una ofrenda especial a la patrona de México, que realizan desde hace más de dos décadas. La comunidad católica organiza recursos para forrar el recinto religioso con flores y frutas, que desprenden una mezcla de agradables aromas.
“El diseño se va formando de acuerdo con las reuniones del comité; somos nueve personas al frente. Conforme avanza el trabajo, platicamos con los arreglistas cómo se debe ver, todo lo que ven y quede lo mejor posible”, explicó Fortunato Ramón Cruz, integrante del comité.
En el marco de la fiesta guadalupana, el obispo de la Diócesis de Orizaba, Monseñor Eduardo Cervantes Merino, llegó al lugar. Fue recibido por la presidenta municipal de La Perla, Ruth García Meza, y la comunidad católica. Le ofrecieron un recorrido por la Avenida Principal que conduce a la parroquia, adornada con una alfombra de aserrín elaborada un día antes por los pobladores.
Durante la homilía, el obispo resaltó la creatividad y el esfuerzo de los habitantes, así como el gran amor que demuestran con esta ofrenda. A pesar de sus limitaciones, el pueblo se entrega a la Virgen con flores de alta calidad como orquídeas y rosas, lo que implica una inversión significativa.
Para cubrir los costos, realizan cooperaciones durante el año, movidos por su fe y devoción, y piden principalmente por su salud y unidad.
“Salud y unión es la petición que el pueblo de La Perla hace a Santa María de Guadalupe, madre de Dios y de todos los creyentes que agradecen los milagros recibidos”, explicó uno de los feligreses.
El apoyo extraordinario proviene también de paisanos en los Estados Unidos, quienes, tras buscar mejores oportunidades, envían parte de sus ingresos para venerar a la Guadalupana.
Al término de la misa oficiada por el obispo, la comunidad celebró con un pastel de gran tamaño, compartido entre los habitantes y visitantes de Orizaba y la región de las Altas Montañas.
Cada año, llegan a maravillarse con la obra de arte que los pobladores de La Perla dedican a la Virgen Morena para agradecer su protección.
Con información de: E-consulta Veracruz