La venta de combustible robado se realiza dentro de la Central de Abasto y en algunos casos en el estacionamiento.
La presencia de soldados y policías no inhibe a los huachicoleros poblanos que continúan vendiendo el combustible robado en las Central de Abasto a 9 pesos el litro.
La persecución de los huachicoleros que inició el gobierno no los atemoriza, pues tienen a su servicio una red que incluye halcones, distribuidores y autoridades que hacen como que no ven nada.
En una nota que publica el diario El Universal, firmada por Dennis A. García, se asegura que en Puebla se impone la ley de los huachicoleros.
“Bajo el puente sobre la carretera 150, que va de Puebla a Tehuacán, la ley es la del huachicolero”.
La venta de combustible robado se realiza dentro de la Central de Abasto y en algunos casos en el estacionamiento.
En la Central de Abasto llegan con sus productos huachicoleros de Veracruz, Oaxaca, Tabasco y Chiapas.
Los precios del huachicol van desde los 9 hasta 10 pesos por litro. Los clientes pueden comprar un garrafón de 20 litros por 200 pesos.
En la nota de Dennis A. García se afirma que los huachicoleros están organizados de manera eficiente, pues se ven camionetas en las que se pasean los halcones, siempre alertas para avisar, en lo que otros despachan litros de gasolina robada.
El reportero afirma que frente a la Central de Abasto está una gasolinería completamente abandonada, los clientes no se acercan, los automovilistas buscan el huachicol, para ahorrarse 7 pesos por litro.
Los policías sólo son testigos de cómo se comercia del huachicol, ven el ir y venir de clientes y huachicoleros, pero no intervienen.
Con información de E-Consulta