+ ¿Y para qué sirven las damas de compañía de Nahle?
ColumnaSinNombre
Por: Pablo Jair Ortega
Este martes, los ataques misóginos de los yunistas –tanto del Estero como los de Perote, más sus merolicos– tuvieron que frenar tantito porque la jefa de la tienda de enfrente les mostró músculo.
Forjada en el sur veracruzano al fin, al parecer los Yunes no entienden (ni entenderán, por eso en el sur están bien pelados, políticamente hablando) que una mujer que ha sobrevivido en el ambiente petrolero, uno de los más misóginos que existen en México en materia laboral, les está ganando porque no la doblan fácilmente.
Rocío Nahle está acostumbrada a eso y más. Tal vez en Perote tengan otra dinámica más medieval, pero una cosa es el rancho donde a veces nieva y otra es la tropical zona industrial sureña.
Bueno, basta preguntarle al patriarca del Estero qué tan caro le salió fallarle en vida a una sureña, que hasta perdió la mansión de ensueño que tenía.
Así de ese pelo son las mujeres del Istmo.
Desde hace rato, en algunos círculos políticos, escucho que a Nahle se le refiere con insultos y clasismo. Ella ni siquiera los topa porque, la verdad, estaba más ocupada en su encargo como secretaria de Energía.
Pero no se va dejar, ni tampoco va a estar sola ante tanto discurso de odio.
No por nada, este martes salieron a las calles de Xalapa las mujeres para protestar contra ese discurso misógino y machista. Fue una protesta multitudinaria que retumbó y puso a chambear a los críticos de la aspirante a la gubernatura.
La verdad, en el fondo, son dos razones muy claras para ataques a Nahle: que les va ganando en encuestas (serias) y que es mujer.
Pero principalmente esto último: les pudre, les puede, les patalea que sea una mujer. Futa, para ese círculo machista es inconcebible que una mujer diariamente le esté pateando los gumaros.
Vaya, no se imaginan ni siquiera decir la palabra «presidenta», mucho menos «gobernadora». Es casi un atentado a su frágil masculinidad.
A esos también súmense grupos oportunistas-feministas de ocasión como «Las Brujas del Mar», identificado con el panismo desde hace varios años. Ese es el «feminismo» que también ataca a Rocío Nahle: el que trae agenda política disfrazada y con la bandera de «lucha por las mujeres», pero sólo a conveniencia de ciertos partidos.
A ver, si realmente tienen tanto power las feministas de la oposición, entonces ¿por que no pelearon por poner a una mujer como candidata? ¿Por qué no apoyar a Anilú, a Patricia, a Maryjose o Indira? ¿Por qué entonces dejaron que el patriarcado del que tanto se quejan se apoderara de una candidatura a la gubernatura en pleno tiempo de mujeres?
Quizás lo anterior sea evidente: una mujer inteligente no se iba dejar mangonear o convertirse en títere del grupo político que acaba de acaparar todas las posiciones plurinominales del PRI y PAN, mandando a la gaver a la militancia… como siempre ha pasado.
Y para eso pusieron al Pepe; el monigote ideal que no supo decir no, a sabiendas del costo para su capital político.
Miren, la verdad es que es tiempo de mujeres. Muchos quizás no dimensionen la historia que se hará en dos meses cuando dos mujeres sean elegidas para gobernar el país y el estado más shin-gon (creo que es japonés y significa «el mejor»).
Eso es lo que quizás todavía no captan muchos, muchas, muches, pero afortunadamente hay más que sí… Y están más allá de la zona papera y la conurbada.
OTRA NOTA: Ojalá las «damas de compañía» que se suben al templete en los eventos de Rocío Nahle también entiendan que su papel no es sólo para la foto, sino también para cuidar a la candidata que anda allá abajo, entre la gente, recibiendo los cariños, pero también los trancazos… Basta con estar cerca para arroparla y defenderla. Nada les cuesta salir de esa comodidad.