Un marinero australiano que pasó meses a la deriva en el océano Pacífico junto a su adorada perra relató su extraordinaria historia de supervivencia a base de pescado crudo y agua de lluvia, tras haber conseguido finalmente volver sano y salvo a tierra firme.
Timothy Lyndsay Shaddock, de 54 años, y su compañera canina, Bella, fueron rescatados después de tres meses en el mar por un arrastrero atunero mexicano que avistó su embarcación siniestrada en la vasta extensión del océano más grande del mundo.
«Me encuentro bien. Me siento mucho mejor de lo que estaba, se los aseguro», dijo Shaddock en una conferencia de prensa tras llegar a tierra en el puerto de Manzanillo, a unos 790 kilómetros al oeste de Ciudad de México.
«Estoy muy agradecido al capitán y a la compañía pesquera que me salvaron la vida. Estoy vivo y realmente no pensé que lo lograría», dijo.
Shaddock, que se describe a sí mismo como una persona tranquila a la que le encanta estar solo en el océano, dijo que su odisea comenzó a principios de mayo, cuando él y Bella, una perrita que recogió mientras viajaba por México, zarparon en una larga expedición de pesca desde el Mar de Cortés, también conocido como Golfo de California.
Su destino final era la Polinesia Francesa, un viaje de 6.000 kilómetros. Pero su pequeño catamarán «Aloha Toa» fue dañado por una tormenta varias semanas después, dejando a Shaddock y Bella a la deriva en un océano duro e impredecible, con pocas esperanzas de ser rescatados.
Shaddock dijo que «pescaba mucho» y comía «mucho sushi de atún» para mantenerse a sí mismo y a Bella, pero afirmó que su salud empeoró tras la tormenta.
La pareja fue finalmente avistada en el Océano Pacífico Oriental «a más de 1.200 millas de tierra», según informó Grupomar, la empresa propietaria del atunero, en un tuit este lunes.
La tripulación del barco, dirigida por el capitán Óscar Meza Oregón, proporcionó a Shaddock atención médica, hidratación y alimentos, según Grupomar.
«Gracias a Dios por ponernos en el camino de un hombre que podría haber muerto», dijo a la prensa Antonio Suárez, propietario de Grupomar.
«Es un día de felicidad porque acabamos en una aventura para salvar a un aventurero que tenía muchos más problemas que nosotros».
Shaddock elogió a Bella por haberle dado la compañía que tanto necesitaba y explicó cómo la pareja se conoció por casualidad.
«Bella, como que me encontró en medio de México, ella es mexicana, es el espíritu del medio del país. Y no me dejaba marchar. Intenté encontrarle un hogar unas tres veces, y ella seguía siguiéndome hasta el agua», recuerda.
Con aspecto algo aturdido y visiblemente delgado, con la barba y el pelo revueltos, Shaddock dijo que «siempre estará en el agua», a pesar de su reciente percance.
«No sé hasta qué punto volveré a adentrarme en el océano, pero creo que me encanta la naturaleza», afirmó.
Con información de: Crónica de Xalapa