- Durante la mayor parte de su vida el “hombre árbol”, preservó la naturaleza en los Tuxtlas.
San Andrés Tuxtla, Ver |
Por Sulamita Pólito Marcial |
“Hombre árbol”, de esa manera fue llamado José Antonio Azuela Rivera, quien nació en la ciudad de México, en 1918 en el barrio Santiago, posteriormente eligió los Tuxtlas para habitar entre su selva, pero este jueves 14 de septiembre de 2017 a las 4:00 de la mañana terminó su vida.
El amor por la botanica, lo llevó a conservar plantas y árboles endémicos durante muchos años, para preservar el verde de los Tuxtlas.
Por haber contribuido en la biosfera de los Tuxtlas con el plantío de árboles y crear el vivero “El Maduro”, ubicado en la comunidad de Tebanca, municipio de Catemaco, el “hombre árbol”, se dedicó a sembrar especies nativas de la región, para abatir la devastación de árboles y desde ahora será recordado por los tuxtlecos.
Hijo de Mariano Azuela González, novelista que narró de manera única la revolución mexicana, en su obra más significativa, “Los de Abajo”, don Toño era contador público, egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México, y siendo muy joven visitó tierras veracruzanas, quedando enamorado de la selva de los Tuxtlas del que se preocupó por rescatar las especies nativas de plantas y árboles.
A los 98 años de edad y radicando en los Tuxtlas desde 1943, don José Antonio Azuela Rivera seguía sonriendo a la vida. En 2014 recibió un homenaje por parte del ayuntamiento de San Andrés Tuxtla, por su incansable labor a favor de la preservación de los recursos naturales.
Nunca se consideró a sí mismo un activista o ecologista, sin embargo describía su vocación preservadora de la naturaleza como un acto de “conservar lo que significa la vida”.
Llegó a asesorar a equipos de más de cien personas que colaboraron con él en el mantenimiento de 200 manantiales de la región, y sus acciones inspiraron al programa gubernamental ABC (Agua, Bosques y Cuencas), que se implementó en Veracruz entre el 2005 y el 2010.
La gran obra que realizó en la región seguirá siendo ejemplo para la población y más para quienes enseñó a amar la selva y a conocer más de sus especies vegetales.
Don Toño, deja huella en los Tuxtlas, con la humildad que le caracterizó siempre, será enterrado en Tebanca, en su propiedad, el vivero “El Maduro”, lugar que por décadas lo arropó. Descanse en paz el “hombre árbol”.