La caravana partió de Honduras el viernes rumbo a Estados Unidos.
Guatemala asegura que no pueden continuar su travesía si no cumplen con una prueba negativa de la covid-19.
Con porras y gases lacrimógenos, el Ejército y la Policía de Guatemala han logrado frenar a los migrantes hondureños que tratan de continuar su viaje hacia Estados Unidos. Violentos enfrentamientos que han acabado con los bomberos auxiliando a los heridos.
Alrededor de 6.000 hondureños que integran una caravana migrante en busca del «sueño americano» permanecen varados en una carretera del este de Guatemala, donde las fuerzas de seguridad han bloqueado su paso. Los migrantes hondureños se encuentran detenidos desde el sábado en el mismo punto del departamento de Chiquimula, a unos 200 kilómetros al este de la capital guatemalteca.
Guatemala asegura que buscan «cumplir con las leyes migratorias» y ha reiterado su llamamiento a los migrantes para que entren en el país de manera legal y siguiendo las medidas de prevención por la pandemia. Así, ha recordado que Guatemala permite el paso a toda persona que presente pasaporte vigente, documento de identificación y una prueba negativa de COVID-19.
Los gobiernos de México y Estados Unidos también han lanzado mensajes de advertencia en relación a las caravanas, después de que cientos de personas se hayan citado en los últimos días en San Pedro Sula. En la ruta hacia Estados Unidos. La Administración Trump firmó con Guatemala, México y Honduras sendos acuerdos de ‘tercer país seguro’ para agilizar las devoluciones y disuadir a quienes quieran emprender la ruta desde Centroamérica.
La movilización migratoria ha aumentado en Honduras a raíz del progresivo levantamiento de las restricciones adoptadas para contener la pandemia y de la perspectiva de cambio en Estados Unidos con la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca.
Los huracanes que azotaron el país centroamericano a finales de año también han contribuido a ello, como pudo constatarse entre los testimonios de quienes se dieron cita también en San Pedro Sula la noche del 9 al 10 de diciembre para emprender rumbo al norte. Entonces, este grupo no pudo pasar de Guatemala.
Según la última actualización de la Policía Nacional Civil de Guatemala, desde el 1 de enero 953 personas han sido remitidas a migración y 132 han sido retornadas a su país. De estos, la gran mayoría, 895, son hondureños, mientras que 120 son menores de edad.