Incendios en California dejan en cenizas decenas de casas y negocios

Incendios en California dejan en cenizas decenas de casas y negocios

Los incendios han provocado el desalojo de 30 mil personas; los meteorólogos estiman que no mejorarán las condiciones del clima.

Tres incendios simultáneos han obligado a más de 80 mil residentes a evacuar las áreas de Pacific Palisades, Pasadena y Sylmar, en Los Ángeles, ante vientos descritos como “destructivos y potencialmente mortales”.

El incendio de Palisades, surgido el martes por la mañana alrededor de las 10:30 horas (locales), avanzó en la comunidad de Pacific Palisades Highlands, consumiendo mil 215 hectáreas (3 mil acres) en cuestión de horas, según el Departamento de Silvicultura y Protección contra Incendios de California (CalFire). El gobernador de California, Gavin Newsom, declaró el martes el estado de emergencia.

Debido a las condiciones secas y los vientos potentes, el fuego se fortaleció aún más durante la noche, lo que obligó a la evacuación de 30 mil residentes en un inicio. En Pasadena y Sylmar se desataron los incendios de Eaton y Hurst, que habían quemado juntos más de 600 hectáreas (mil 500 acres) hasta el martes, mientras se esperan ráfagas de hasta 160 km/h (100 mph) en las zonas más expuestas.

Según Bosque Nacional Ángeles, unas 52 mil personas tienen órdenes de evacuación por el incendio de Eaton y otras 47 mil permanecen bajo advertencias. El fuego de Hurst, al norte de San Fernando —al oeste de la ciudad—, ha forzado evacuaciones obligatorias donde los equipos de emergencia redoblan esfuerzos.

En Pacific Palisades, al extremo noroeste de Los Ángeles, la abogada Kelsey Trainor relató a la cadena NBC que huyó de su vecindario cerca de las 11:30 de la mañana, pero quedó atrapada en el tráfico sobre Palisades Drive.

“Todo era humo a nuestro alrededor, fuego por todas partes. La gente simplemente toca la bocina”, describió, y añadió: “Estamos paralizados, no hay ningún lugar adonde ir.”

Trainor detuvo brevemente su auto para ayudar a una persona mayor con problemas para respirar. El trayecto hasta un lugar seguro le tomó más de una hora.

“Lo que es realmente aterrador es que se sentía realmente inseguro para las personas que estaban haciendo lo que se suponía que debían hacer”, comentó. Pese a contar con provisiones y una “bolsa contra incendios” preparada, confesó: “Me sentí realmente impotente”.

La jefa de bomberos de Los Ángeles, Kristin M. Crowley, informó que para la tarde del martes más de 10 mil 300 hogares y 13 mil 200 estructuras estaban bajo amenaza.

“Nos sentimos muy bendecidos en este momento de que no se hayan reportado heridos”, afirmó, reconociendo que sí habían recibido avisos de múltiples daños materiales.

Vecinos reportaron llamas alcanzando condominios aledaños a Sunset Boulevard, al noroeste de Los Ángeles, y casas en las laderas cercanas. Otra residente de Palisades Highlands, Mallory Sobel, explicó que tardó dos horas y media en salir de la zona.

 

“Puedo sentirlo en mis pulmones ahora mismo. Me duele la garganta. Mi auto estaba lleno de hollín mientras hacía este lento, muy lento descenso. Usé una máscara porque era muy potente”, señaló, agregando que apenas se llevó un pequeño equipaje de emergencia y los pasaportes de su familia. Mientras escapaba, observó que “los buenos samaritanos están por todas partes en la calle, ayudando a la gente a bajar la colina y ayudándola con sus automóviles”.

Los bomberos hallaron unos 30 vehículos abandonados en las rutas de evacuación y usaron topadoras para despejar el paso. Asimismo, advierten que varias comunidades cercanas a Rust ic Canyon y Topanga Canyon podrían estar en riesgo.

 

El oficial de información pública del Departamento de Bomberos de Los Ángeles (LAFD), Erik Scott, aconsejó a los residentes: “Estén preparados para que lleguen las órdenes de evacuación”, enfatizando que el fuego se propagaba a gran velocidad gracias a las corrientes de aire.

Por su parte, Margaret Stewart, también vocera del LAFD, destacó la presencia de más de 250 efectivos en la zona y alertó sobre la posibilidad de focos nuevos, indicando que “Pueden transportar hasta una milla” las brasas arrojadas por los fuertes vientos.

Las condiciones se han visto agravadas por la falta de precipitaciones significativas en la región y por la llegada de vientos de Santa Ana, previstos desde el martes por la tarde hasta esta mañana del miércoles.

Rich Thompson, meteorólogo del Servicio Meteorológico Nacional en Oxnard, indicó que Los Ángeles solo ha recibido 4 milímetros (0.16 pulgadas) de lluvia desde el 1 de julio y que el peligro aumentaría en horas nocturnas con ráfagas que oscilan entre los 80 y 130 km/h (50 y 80 mph).

Los incendios invernales en California suelen detonarse por estos vientos secos y calientes, que, combinados con el paisaje reseco, pueden propagar el fuego con rapidez.

“El cambio climático está aumentando la superposición entre las condiciones de vegetación extremadamente secas más adelante en la temporada y la ocurrencia de estos eventos de viento”, dijo Daniel Swain, científico climático de UCLA consultado por la NBC.

Thompson coincidió en que el panorama es preocupante. “El viento continuará azotando. No habrá alivio”, subrayó, advirtiendo que los niveles de humedad descenderán hasta un solo dígito en los próximos días, algo que complica aún más la labor de contención. Por ahora, la prioridad de las autoridades se concentra en salvaguardar vidas y propiedades. Aunque no se han confirmado víctimas, los múltiples focos de incendio han puesto a prueba a los cuerpos de bomberos y equipos de emergencia.

Con información de: Excelsior

 

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