Las inundaciones que sufre el oeste de Alemania alcanzaron ya dimensiones históricas, con más de un centenar de víctimas mortales y un panorama devastador en un país acostumbrado a luchar contra las crecidas de sus ríos, pero superado por la emergencia climática.
Alemania confirmó 106 víctimas mortales, una cifra que tanto las autoridades regionales de las zonas afectadas como el Gobierno de la canciller Angela Merkel dan por sentado que aumentará, puesto que cientos de personas siguen desaparecidas.
“Cuando se retiren las aguas se visibilizará la dimensión de la tragedia”, advirtió en un mensaje institucional el presidente del país, Frank-Walter Steinmeier. Es hora de responder desde la “unidad nacional”, añadió, y no de “decepcionar” las expectativas de quienes lo han perdido todo.
La catástrofe que se ha abalanzado sobre amplias zonas de los Länder de Renania del Norte-Westfalia y Renania Palatinado evidencian la necesidad de “luchar con determinación” contra la crisis climática, advirtió Steinmeier.
El mensaje del presidente coincide con los pronunciamientos mayoritarios procedentes del espectro político alemán, sea el bloque conservador de Merkel, sus socios socialdemócratas -el partido de Steinmeier, pese a que formalmente dejó en suspenso su militancia al asumir el cargo- y, obviamente, los Verdes.
Son inundaciones de “magnitud histórica”, en palabras del primer ministro de Renania del Norte-Westfalia, Armin Laschet, aspirante conservador a suceder a Merkel en la cancillería tras las elecciones generales del próximo septiembre. Su Land, el más poblado del país, está acostumbrado a las crecidas del Rin, del Ruhr y de otros grandes ríos. Pero no para afrontar el desbordamiento general de sus múltiples afluentes, advirtió.
“Debemos hacer a Renania del Norte-Westfalia más preparada para responder a la crisis climática”, insistió Laschet, al que los sondeos sitúan en primer lugar en intención de voto ante los comicios nacionales, seguido de los Verdes.
FUENTE /EFE