Una vez que fueron elegidos los candidatos a diputados federales, en marzo del 2015, en el Comité Ejecutivo Nacional del PRI se realizó el Seminario de Planeación y Alineación Estratégica, que básicamente eran conferencias y talleres para todos los candidatos del país.
Lo idea era capacitar y motivar a los candidatos en temas como oratoria, imagen, estrategias electorales, redes sociales, etcétera. Hubo gente como el famoso entrenador de medios Yago de Marta, entre otros especialistas.
Una de las conferencias que más llamó la atención fue la de la entonces secretaria general del PRI, Ivonne Ortega Pacheco, ex senadora y ex gobernadora de Yucatán, quien sin hacer mucha demagogia, compartió con el público su experiencia personal.
Habló de sus primeros pasos como lideresa social de su natal Dzemul y su carrera política que podría catalogarse como vertiginosa: según su currículum, fue presidenta municipal de su pueblo en 2001 y después diputada del Congreso de Yucatán; en 2003 fue diputada federal de Yucatán a la LIX Legislatura, y en 2006, senadora, donde se desempeñó como secretaria de la mesa directiva.
Pero lo que más conmovió a la audiencia fue la narración sobre su propia superación: luchando por su salud mostrando fotos de la obesidad que le afectó durante su juventud; abriéndose espacios en un mundo conservador como lo es la sociedad yucateca; habló sobre las agresiones que sufrió por ser mujer y su faceta como una orgullosa madre soltera, que además también comparte (como una inteligente estrategia mediática) en redes sociales, dejando a los chismosos cibernautas asomarse a su vida privada.
Ivonne Ortega dio ese día cátedra de cómo un político debe venderse: abriendo su propia vida sin ánimos de triunfalismos fabricados y sin presumir banalidades como universidades de lujo. Acompañado el contundente mensaje con un álbum fotográfico de imágenes personales.
Se recuerda que fue una de las conferencias más aplaudidas al término de la misma. Ivonne se supo vender como gente de pueblo y ese mismo mensaje lo ha compartido en varias ocasiones: en Veracruz, por ejemplo, en una gira de apoyo a los candidatos a diputados federales, dio un fuerte impulso a Lilian Zepahua -hoy legisladora por Zongolica- quien a media campaña anunció su embarazo como madre soltera y se supone eso le habría afectado en su imagen, pero fue todo lo contrario: la levantó y ganó.
A la hora de la sesión de preguntas y respuestas, varios fueron quienes expresaron su admiración a la carismática secretaria general del PRI, y quien hizo el cuestionamiento obligado fue un candidato de Tabasco, quien abiertamente le propuso: “¿No quieres ser candidata a la Presidencia? Porque varios aquí estamos impresionados y te queremos de presidenta de México”, lo que arrancó aplausos y consentimiento entre la multitud.
No lo ventiló en el momento, pero más tarde Ivonne declararía sus pretensiones para buscar la Presidencia de la República.
En la columna ARSENAL, de Francisco Garfias, publicada el 14 de abril de 2016 en el diario Excélsior, retoma en entrevista con la yucateca sus intenciones:
“La primera vez que habló públicamente del tema fue en la entrevista que publicó El Universal el 23 de marzo pasado. Era un lunes de Pascua. Al día siguiente fue a la sesión en la Cámara de Diputados. “Vi diez caras feas (entre los priistas) y 200 sonrientes”, nos dice la yucateca.
-¿Qué de diferente le ofrece a los mexicanos? —le preguntamos.
-Mi historia —replica casi en automático”.
Quizás no sea descabellado para el PRI que Ivonne Ortega pueda, a dos años del camino a las elecciones presidenciales, sumarse como precandidata y romper con la inercia de que sea un candidato varón el que sea quien abandere a un partido que está pasando por una de sus peores crisis de credibilidad, con un escenario adverso donde se prevé que el tricolor no va a retener a Los Pinos.
Y es que si el presidente busca dejar a alguien cercano a él, difícilmente podrán quitarse el estigma de errores y escándalos como la Casa Blanca o el Gasolinazo, que están siendo criticados hasta por los propios priistas.
Dicen que el bueno del PRI para la candidatura presidencial es el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, quien maneja un bajo perfil en los últimos y tormentosos días para dejar que el moco que prevalece a nivel nacional en estos momentos le pegue a sus compañeros de gabinete Meade y Videgaray. Sería un candidato desgastado.
Pero Osorio, a diferencia de Ivonne, no puede maniobrarse tan públicamente por su cargo y carece del carisma de la yucateca. En Veracruz, quizás Chong tenga ventaja porque controla algunas importantes delegaciones federales como la de Desarrollo Social y su conocida cercanía con el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, a quien los une una amistad de varios años.
Ivonne por aquí también podría tener las simpatías de las mujeres y hombres que la conocen y han estado cerca de ella. No es mala opción para los priistas que están yendo a contracorriente de la cúpula del poder: una nueva corriente crítica que está resurgiendo contra el mexiquense y la actitud entreguista (buttocks ready) del presidente del PRI nacional, Enrique Ochoa Reza.
Hace apenas unas horas, Ivonne subió a redes sociales (que es experta manejando) al menos tres videos donde le contesta a Peña Nieto su ya viral #quéhubieranhechoustedes y lanzó desde este lunes el movimiento “Hazlo por México”, a través del cual recorrerá el país.
Lo dicho: no pierdan de vista a la yucateca, que además se apellida Ortega y eso no cualquiera.