Japón está innovando en la industria espacial al lanzar el primer satélite hecho de madera, llamado Lignosat.
Los carpinteros podrían ser tan importantes como los ingenieros para el futuro de los viajes espaciales mientras los científicos se preparan para lanzar el primer satélite de madera del mundo.
Y es que Japón está innovando en la industria espacial al lanzar el primer satélite hecho de madera, llamado Lignosat. Este satélite, del tamaño de una taza, está construido con madera de magnolia en lugar de aluminio, y se espera que tenga un impacto positivo en la reducción de la contaminación espacial.
Lignosat será esencialmente una pequeña caja de madera con paneles solares en el exterior y equipos electrónicos en el interior.
Se lanzará en una nave de suministro Cygnus de Orbital Sciences a la ISS o en una misión similar a bordo de un Dragon de SpaceX más adelante este año. Una vez en órbita, Lignosat funcionará durante unos seis meses antes de que se le permita arder en la atmósfera.
El uso de madera en lugar de materiales tradicionales tiene varias ventajas. Por un lado, la madera es un material más ecológico y sostenible. Además, los paneles de madera del satélite se descompondrán en cenizas biodegradables al reentrar en la atmósfera, en lugar de producir partículas dañinas como el aluminio.
Aunque inicialmente hubo preocupaciones sobre la durabilidad de la madera en el espacio, los estudios han demostrado que la madera de magnolia es lo suficientemente resistente y estable para resistir las condiciones extremas del espacio.
Esto se debe en parte a que no hay oxígeno ni seres vivos en el espacio que puedan descomponer la madera.
En un momento en que la cantidad de satélites en órbita está aumentando y la preocupación por la contaminación espacial está creciendo, los satélites de madera podrían ofrecer una solución más sostenible y respetuosa con el medio ambiente.
Se cree que en septiembre del año pasado había 10 mil 590 satélites en órbita, de los cuales alrededor de 8 mil 800 aún estaban en funcionamiento.
Todos los satélites que vuelven a entrar en la atmósfera de la Tierra se queman y crean diminutas partículas de alúmina, que flotarán en la atmósfera superior durante muchos años. Con el tiempo, afectará al medio ambiente de la Tierra.
Para evitar seguir dañando esta barrera protectora, los ingenieros esperan que los satélites de madera proporcionen una alternativa sostenible. En lugar de producir partículas dañinas, los satélites de madera como Lignosat desaparecen en una nube de humo, dejando nada más que cenizas biodegradables.
Con información de: Excelsior