El 97,5 por ciento de los contagios por covid-19 en China están producidos por variantes de ómicron que ya son conocidas y están circulando en Europa. Además, por el momento no se ha encontrado ninguna nueva variante en el país asiático.
El director de Emergencias Sanitarias de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Michael Ryan, ha mostrado sus dudas acerca de la veracidad de las cifras de contagios y muertes de COVID-19 que está notificando China.
Creemos que las cifras que se publican actualmente en China no reflejan el verdadero impacto de la enfermedad en términos de ingresos hospitalarios, en términos de ingresos en la unidad de cuidados intensivos (UCI) y, sobre todo, en términos de muertes», ha señalado Ryan en rueda de prensa este miércoles desde Ginebra (Suiza).
Precisamente hoy la OMS ha publicado una serie de datos epidemiológicos sobre la evolución de la pandemia en China, tras una reunión con científicos del Centro Chino de Control y Prevención de Enfermedades.
De acuerdo con estos datos, el 97,5 por ciento de los contagios por COVID-19 en China están producidos por variantes de ómicron que ya son conocidas y están circulando en Europa. Además, por el momento no se ha encontrado ninguna nueva variante en el país asiático.
Pese a la publicación de estos resultados, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha reclamado a China «datos más rápidos, regulares y fiables sobre hospitalizaciones y muertes, así como una secuenciación vírica más completa y en tiempo real».
«La OMS está preocupada por el riesgo para la vida en China y ha reiterado la importancia de la vacunación, incluidas las dosis de refuerzo, para proteger contra la hospitalización, la enfermedad grave y la muerte. Esto es especialmente importante para las personas mayores, las personas con afecciones médicas subyacentes y otras personas que tienen un mayor riesgo de resultados graves», ha resaltado Tedros.
Al margen de China, la OMS ha instado a todos los países a que «continúen atentos, vigilen y notifiquen las secuencias, y realicen análisis independientes y comparativos de los distintos sublinajes de ómicron, en particular sobre la gravedad de la enfermedad que causan».
«Estos datos son útiles para la OMS y para el mundo, y animamos a todos los países a compartirlos. Los datos siguen siendo esenciales para que la OMS pueda llevar a cabo evaluaciones de riesgo periódicas, rápidas y sólidas de la situación actual y ajustar nuestro asesoramiento y nuestras orientaciones en consecuencia», ha apostillado el líder de la OMS.
En este sentido, Tedros ha apoyado a los países que han introducido medidas para prevenir las infecciones desde el país asiático, entre ellos la Unión Europea: «Con una circulación tan alta en China, y sin datos completos, es comprensible que algunos países estén tomando medidas que creen que protegerán a sus propios ciudadanos».
«La prueba en sí no es una medida excesiva. No es una restricción de los viajes», ha añadido Mike Ryan tras ser preguntado por las nuevas normas de entrada en la UE para los viajeros procedentes de China.
Por otra parte, el organismo sanitario internacional también está evaluando el rápido aumento de la variante XBB.1.5, una recombinación de dos sublinajes BA.2, en Estados Unidos y otros 24 países. Por ello, se está llevando a cabo una evaluación actualizada del riesgo de esta variante.
Tedros se ha mostrado «realmente preocupado» por el panorama epidemiológico actual de la COVID-19, «tanto por la intensa transmisión en varias partes del mundo como por una subvariante recombinante que se propaga rápidamente».
Al respecto, ha asegurado que la OMS «está siguiendo de cerca y evaluando el riesgo de esta subvariante e informará en consecuencia» sobre los nuevos datos que se obtengan.
El máximo mandatario de la OMS también ha hecho balance del cuarto año de la pandemia, que acaba de empezar: «El mundo se encuentra en una situación mucho mejor que hace varios años, gracias a la gestión de la atención clínica, las vacunas y los tratamientos».
Particularmente, ha centrado su atención en el año 2021, cuando se han realizado más progresos contra el virus: «Durante la mayor parte del año pasado, la COVID-19 estuvo en declive. La vacunación aumentó en todo el mundo, y hubo un progreso sostenido en muchos países de ingresos bajos y medios que se habían quedado muy rezagados en 2021 debido al nacionalismo de las vacunas y a que la capacidad de fabricación se limitaba a un puñado de países».
Además, ha recordado que el año pasado se identificaron nuevos antivirales, lo que ayudó a reducir aún más la mortalidad, aunque el despliegue «siguió un patrón similar de los países ricos primero».
El 25 de diciembre, la OMS anunció que los antivirales nirmatrelvir y ritonavir habían sido precalificados para su producción por un fabricante indio. Se trata de la primera versión genérica de un antiviral que obtiene la aprobación de la OMS. Tedros cree que «debería conducir a un aumento de la producción y el acceso, sobre todo en los países de ingresos bajos y medios».
Pero a pesar de los «claros avances», Tedros ha insistido en que «persiste la amenaza de la COVID-19». «Sigue habiendo grandes desigualdades en el acceso a las pruebas, el tratamiento y la vacunación y, en última instancia, la COVID-19 sigue siendo un virus peligroso para nuestra salud, nuestras economías y nuestras sociedades en general», ha alertado.
Así, ha detallado que cada semana aproximadamente 10.000 personas mueren de COVID-19, según los datos oficiales. «La cifra real es probablemente mucho mayor», ha agregado.
Por último, Tedros ha vuelto a mostrar su confianza en que este sea el último año de pandemia: «No cabe duda de que la COVID-19 seguirá siendo un importante tema de debate, pero creo y espero que, con los esfuerzos adecuados, este sea el año en que termine oficialmente la emergencia de salud pública».
Con información de: Proceso