By Dormir después de comer es un placer y, según han demostrado los científicos, también tiene beneficios, que son más de los que creemos. Así que si es de los que adora echar una cabezadita al mediodía, ¡continúe haciéndolo!
Una investigación llevada a cabo por el cardiólogo griego, Manolis Calístrato, ha revelado que este rato de descanso está directamente relacionado con tener una presión arterial más baja. Para llegar a esta conclusión, según recoge Muy Interesante, los científicos midieron los niveles de presión arterial a 386 pacientes (200 hombres y 186 mujeres) con una media de edad de 61,4 años.
El cardiólogo encontró que aquellas personas que dormían la siesta durante una hora alrededor del mediodía tenían un 5% menos de presión sistólica (la que ejerce la sangre cuando el corazón late) que los que no durmieron. Esto podría dar lugar a una diferencia sustancial en la salud a largo plazo.
«A pesar de que la disminución de la presión arterial parece poca, hay que recordar que las reducciones de tan solo dos milímetros de mercurio en la presión arterial sistólica pueden reducir el riesgo de episodios cardiovasculares en hasta un 10%», explica Calístrato. «Si las siestas pueden reducir los niveles de presión arterial, probablemente también sean capaces de reducir el número de medicamentos antihipertensivos requeridos», añade.
Calístrato apunta, no sin razón, que algunas personas no pueden dormir la siesta debido a que sus horarios laborales coinciden con ese periodo de después del almuerzo. Por ello, recomienda sacrificar la hora de la comida y arañar unos minutos para cerrar los ojos y descansar.
Pero este no ha sido el único estudio que se ha realizado sobre este tema. Una investigación publicada en Obesity Facts aseguraba que dormir menos de cinco horas diarias aumentaba el riesgo de obesidad; sin embargo, si añadíamos un tiempo de siesta diario, esta tendencia a la obesidad se convertía en una herramienta de mantenimiento de peso saludable.
Otro estudio, este publicado en Cerebral cortex conlcuía que si una persona duerme la siesta mejora su estado de ánimo y es más empático a la hora de evaluar las emociones de los demás. La restauración del sistema inmune y la mejora de la memoria y la concentración son otros de los beneficios de la siesta, señala la revista Muy Interesante.
Fuente: Economiahoy
