La sombra de las impugnaciones

La sombra de las impugnaciones

Si creía que el PRI iba a asumir la derrota fácilmente, está equivocado. En el Organismo Público Local Electoral (OPLE), las cosas se están poniendo color de hormiga entre las impugnaciones del PRI y las que ha presentado Morena; el primero ha logrado que en ocho distritos se contabilice voto por voto la elección de Gobernador, por el asunto de los votos nulos, entre los que es posible que se haya colado una enorme cantidad de votos legales para la coalición que postuló  a Héctor Yunes Landa, y el segundo, porque en varias casillas le hicieron de chivo los tamales.
El nerviosismo del Partido de la Revolución Democrática, que este miércoles emitió un comunicado para mostrar su oposición al acuerdo del OPLE de decretar receso largo y, con ello, retrasar la entrega de resultados más contundentes y definitivos que ya esperaban este miércoles por la noche para su candidato a la Gubernatura, se ha unido a la urgencia del candidato ganador Miguel Ángel Yunes Linares porque las cosas no se posterguen por impugnaciones del PRI.
No hubo necesidad de establecer una mayor dilación al recuento de votos de varias casillas. Por la mañana del miércoles, el OPLE había determinado la apertura de todos los paquetes electorales en ocho distritos electorales (Córdoba, Tantoyuca, Cosoleacaque, Perote, Coatepec, Misantla, Camerino Z. Mendoza y Santiago Tuxtla), para el recuento total de votos de la elección de Gobernador, además de la apertura de entre el 40 y 50 por ciento de los paquetes electorales para recontar los votos en al menos 23 distritos.
Para el PRI es importante cerciorarse de que la enorme cantidad de votos nulos (cerca de 80 mil, que representarían casi el 3 por ciento de los votos emitidos) no estarían en esa condición por una falla en la preparación de los funcionarios electorales seccionales y distritales, quienes pudieron haberlos anulado por que los votantes hubieran cruzado todos los cuadros en que estaba el nombre de Héctor Yunes Landa, algo que sí era válido según los acuerdos del OPLE.
Aunque corren versiones en el sentido de que el PRI utilizaría ese elemento para impugnar los resultados de la elección e, incluso, pedir la anulación de los comicios, lo cierto es que dichas amenazas estarían siendo emitidas por gente ligada tanto al gobernador Javier Duarte como, más claramente, al exgobernador Fidel Herrera Beltrán.
Ahora bien, las impugnaciones, los recursos legales, las solicitudes de recuento e, incluso, de anulación de casillas por la comprobación de que se cometieron fallas graves que impidieron el derecho a la libre elección de los ciudadanos, son normales. Dependiendo del porcentaje de casillas anuladas puede, ciertamente, decretarse la anulación de una elección, sea en un distrito o en todo el estado, con la consiguiente convocatoria a elecciones extraordinarias. Sin embargo, ese escenario no parece ser el que vivimos, a no ser que las pruebas presentadas por los interesados sean irrefutables.
El PRI pelea los votos nulos; Morena, su segundo lugar
Según declaraciones del presidente estatal del PRI, Felipe Amadeo Flores Espinosa, los representantes de ese partido en los consejos distritales “han encontrado un cúmulo de graves irregularidades durante los conteos de este miércoles; por ello, con base en las garantías que nos otorga la ley, demandamos al OPLE ordene la apertura de la totalidad de las casillas, para corregir las anomalías”.
En su declaración a la prensa mencionó justamente el tema de los votos nulos: “se han encontrado votos para nuestra coalición que no habían sido contabilizados, lo que pone en tela de juicio la legalidad del cómputo y advierte una agresión a la voluntad de los veracruzanos”.
Es muy difícil que la reposición de los votos nulos, aun cuando fueran todos los que están registrado en los resultados del PREP, puedan modificar de tal manera las cifras como para quitarle el triunfo al candidato del PAN-PRD. Sin embargo, no solo irán por los votos que no se les contabilizaron al PRI, sino a estudiar con detenimiento si no hubo otros movimientos que hubieran favorecido a la coalición opositora, en detrimento del PRI y de Morena.
Lo que sí parece necesario para el PRI es recuperar esos votos y agregarlos a sus cifras definitivas, porque Morena está buscando corregir movimientos inusuales de votos y resultados que invariablemente le perjudicaron y, en cambio, buscaron beneficiar a la coalición PAN-PRD. Si Morena logra su propósito, entonces sí habría una modificación de los lugares obtenidos por los punteros, de manera que se mantuviera Miguel Ángel Yunes en primer lugar; al segundo lugar saltara Cuitláhuac García Jiménez, y se refundiera al tercer sitio al candidato priista.
En efecto, el dirigente estatal de Morena, Manuel Huerta Ladrón de Guevara, anunció que pedirán abrir la mayoría de los paquetes electorales ante serias inconsistencias entre las actas de escrutinio y las sábanas electorales; según él, dichas anomalías fueron detectadas en Coatepec, Pánuco, Cosamaloapan y Tuxpan, entre otras cabeceras distritales.
Las versiones sobre un importante número de votos que están volando sí pueden modificar el resultado de la elección, aunque para ello deben comprobarlo fehacientemente tanto el PRI como Morena. Mientras corren rumores de que se ha detectado una disparidad entre el padrón electoral y el número de votos, de manera que hay más de estos últimos (106 mil) que los ciudadanos registrados, Morena habla de 200 mil votos que le escamotearon para beneficiar, sospechosamente, a la coalición formada por el PAN y el PRD.
Freddy Marcos, representante del PRD ante el OPLE, señaló una intención del PRI y Morena de retrasar los cómputos distritales, para generar condiciones que faciliten la legitimación de las irregularidades en el resultado final: “Comienza muy tarde el conteo, derivado de las postulaciones que hace Morena en el sentido de hacer un trabajo aleatorio de extracción de 10 actas que proponía, lo cual entorpece la vigilancia de los cómputos distritales”.
Según el representante perredista ante el OPLE, esto indicaría un trabajo conjunto del PRI y Morena. “No hay duda de la alianza entre el PRI y Morena, en la que uno hace de conciliador y el otro el trabajo sucio; el primero dedicándose a la propuesta y dejando que el segundo, Morena, se encargie del andamiaje de obstáculos que impliquen, incluso, manejarse fuera de la Ley, los lineamientos, la LEGIPE y el mismo Código Electoral”.
Por supuesto, los señalamientos de Freddy Marcos muestran impaciencia, nerviosismo, incluso temor por la posibilidad de que se alteren los resultados, pero la impugnación es un mecanismo normal y reiterativo al final de cada elección, que incluye la ley justamente para que los partidos políticos puedan señalar irregularidades y aclararlas en bien de la confiabilidad de los resultados.
Tranquilo proceso poselectoral
Hasta el momento el periodo poselectoral ha transitado de manera tranquila. El candidato priista reconoció el lunes que los resultados ofrecidos por el conteo rápido del OPLE no le favorecían, pero fue claro al señalar que esperaría los resultados definitivos. Este miércoles ha dicho que nadie debe declararse vencedor porque no hay cifras definitivas, que solo se conocerán luego de que se hagan el recuento de votos, se presenten los resultados definitivos y el próximo domingo se entregue la constancia de mayoría al triunfador.
Cuitláhuac, en efecto, planteó que Morena no estaba de acuerdo con los datos del conteo rápido. En particular, defiende que con base en las copias de las actas en su poder, no está en el tercer lugar sino en el segundo (que el tercer lugar corresponde a Héctor Yunes) y que la diferencia respecto del ganador es de apenas medio punto porcentual, y no de 8 puntos.
Si los resultados no les hubieran favorecido, tenga la plena convicción de que el PAN y el PRD estarían en estos momentos en un periodo de dura confrontación con las autoridades electorales y estarían interponiendo recursos, incluso para la anulación de los comicios.
En aras de que los resultados sean apegados lo más posible, no a la realidad sino al menos a la lógica, todos los partidos deben defender lo que a su derecho les corresponda. Aunque tarde meses en entregarse, la constancia de mayoría deberá corresponder a quien realmente obtuvo la mayoría de votos.
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