Hezbolá, respaldado por Irán y considerado como una de las mayores fuerzas paramilitares en Oriente Medio, ha protagonizado intercambios de disparos durante las últimas semanas con Israel.
El gobierno de Líbano declaró este lunes 23 que «no quiere la guerra» con Israel, a medida que aumenta el fuego cruzado en la frontera que comparten ambos países entre las fuerzas israelíes y el brazo armado del partido-milicia chií Hezbolá, en represalia por los ataques lanzados sobre la Franja de Gaza.
«El Gobierno libanés no quiere la guerra. Si, Dios no lo quiera, esto sucede, trabajaremos en ello», dijo el ministro interino de Información Ziad Makari, en una entrevista concedida a medios rusos.
Makari también afirmó que las «amenazas» desde Israel son ya una «constante recurrente» y que «nunca» se ha privado de cometerlas, en especial, dijo, el primer ministro Benjamin Netanyahu.
«Casi todas las semanas, uno u otro funcionario político o militar israelí amenaza a Líbano y promete devolver al país a la Edad de Piedra», señaló en referencia a las palabras de hace unos días del asesor de Seguridad Nacional de Israel Tzachi Hanegbi.
Hezbolá, respaldado por Irán y considerado como una de las mayores fuerzas paramilitares en Oriente Medio, ha protagonizado intercambios de disparos durante las últimas semanas, en los incidentes de mayor gravedad desde la guerra asimétrica de 2006, lo que ha hecho prender las alarmas en la región.
Así, Mark Regev, el principal asesor del primer ministro Netanyahu, no descartó la posibilidad de que el conflicto pueda ir más allá de las fronteras israelíes y subrayó la necesidad de estar preparados para «librar una guerra en dos frentes».
Con información de: Proceso