«No puedo cumplir con el mandato para el cual fui elegida por el Partido Conservador», lamentó la política
Este jueves 20 de octubre, Liz Truss dimitió como primera ministra de Reino Unido. La política conservadora llevaba apenas mes y medio en el cargo, pues asumió el pasado 6 de septiembre tras la renuncia de su antecesor, Boris Johnson; de hecho, este hecho fue el último acto público que tuvo la reina Isabel, pues falleció dos días después.
Durante un discurso a las afueras de su despacho, mencionó que su partido la eligió para enfrentar la crisis en la que se encuentra sumida su nación desde hace unos meses:
«Dada la situación, no puedo cumplir con el mandato para el cual fui elegida por el Partido Conservador. He hablado con su majestad el rey para decirle que renuncio», sentenció la política británica.
Truss explicó que esta mañana se reunió con el presidente del Comité 1922 -que agrupa a los diputados «tories» sin cartera-, Graham Brady, y ambos convinieron en que la elección interna para nombrar a un sucesor se celebre «la semana próxima». Hasta entonces, la primera ministra continuará en funciones, dijo.
Truss abrió su declaración con una referencia al «momento de gran inestabilidad económica e internacional» en la que llegó al cargo tras vencer en las primarias de su partido. «Hemos ofrecido resultados en las facturas energéticas y rebajado la cotización social. Hemos planteado una visión para economía de baja fiscalidad y alto crecimiento que aprovecharía las libertades del Brexit», consideró.
Es importante mencionar que, en las últimas horas, el número de diputados conservadores que pedían su dimisión se había disparado, lo que hacía prácticamente insostenible su continuidad al frente del Ejecutivo. Ya desde el pasado 23 de septiembre, su aceptación se encontraba en picada tras presentar un plan fiscal que contemplaba una baja en los impuestos, lo que generó caos en los mercados y despertó una gran desconfianza en la economía británica.
Con información de: El Heraldo de México