Si ya dos años de Gobierno eran considerados como administrativos, donde la opción de grandes obras estaban atadas a las promesas de campaña y a la intención de acarrear votos y generar expectativa; ahora, con las reformas que el mandatario constitucional pretende llevar a cabo, al amparo de una bancada priista que merece juicio, el papel del próximo Gobernador pareciera estar condenado a mantener a flote a un estado en crisis, en bancarrota, con números rojos, pero con una opción única, si sabe manejar sus cartas: que el PRI, durante muchos años, no vuelva a gobernar Veracruz.
Es claro que Javier Duarte de Ochoa lo sabe, pero es un costo dispuesto a pagar si con ello evita la cárcel.
II
Pero… ¿el Gobernador electo se va a quedar con los brazos cruzados? Creo que no, y por lo mientras, si Javier Duarte de Ochoa ya hizo su jugada, Yunes Linares también toma sus piezas y mínimo, como el caballo, debe hacer tres movimientos.
El Primero) Llamar la atención, al menos de los lectores del diario “Reforma”. En su edición de ayer, página 14, Miguel Ángel reclama la intervención del Presidente Enrique Peña Nieto ante lo que parece ser el Blindaje de la Impunidad para Javier Duarte de Ochoa, con un Fiscal Anticorrupción a modo, con una cuenta pública “por adela”, es decir, que quede en manos de la actual Legislatura, con incremento al presupuesto de la UV (por citar un ejemplo), y la basificación de trabajadores a partir de subdirectores, lo que engordaría la burocracia. ¿Cuál habrá sido la reacción en Bucareli ante este “balcón”? El tiempo lo dirá.
III
El segundo) Es casi imposible que esta bancada del PRI con sus respectivos aliados, piensen por Veracruz y en la versión contraria a Callejas Roldán (por enésima ocasión), le den las nalgas al Ejecutivo y aprueben (como lo han hecho), cualquier ocurrencia que les envíe sin cavilar ni un momento en el beneficio de la entidad y por ende, de los veracruzanos; por lo tanto, el Gobernador electo ha de recurrir a la próxima Legislatura y abogar porque la bancada de Morena responda realmente a los intereses de los veracruzanos junto con PAN y PRD… del PRI, Verde y Nueva Alianza, uno espera que apliquen la máxima del ritual de sucesión: “¡El rey ha muerto, viva el rey!” y el papel de oposición no sea entendido como el de “Contreras”, nomás por joder. Sería una pena tener que esperar a la próxima Legislatura para que se enderezaran entuertos… pero qué se puede esperar con la LXIII cuando en este reino de imbéciles, el tuerto es el rey.
IV
Adelantando el peor escenario para el próximo Gobierno, ahorcado con una mula de seis, el tercer movimiento que le queda a Yunes Linares es el que le está dejando el mismo Javier Duarte de Ochoa: buscar que se aplique la justicia si ocasionó quebranto a las finanzas del estado, que en buen cristiano sería: cárcel para el cordobés.
Por supuesto, es seguro que tanto Yunes Linares como Javier Duarte de Ochoa y cualquier abogado con tres dedos de frente, sepan que no basta la intención de encarcelamiento porque mientras uno acusa “ladrón”, el otro exclama “inocente” y a como se aplica la justicia en este país donde te perdonan hasta una “Casita Blanca”, bien pudiera Yunes Linares pasársela dos años pidiendo la aplicación de la justicia para Duarte de Ochoa y no ocurriera nada… aunque claro, la impunidad de uno es la fortaleza del otro. Con ello, Miguel Ángel Yunes Linares tendría una bandera política por excelencia que vender en 2018, donde el PRI protege a sus cómplices… y eso, al final, al menos en Veracruz, sigue abriendo las puertas para que el PAN mantenga hegemonía de aquí hasta el 24, siempre y cuando el Gobernador electo sabe manejar sus cartas, mover sus piezas y cuidar de que no lo vayan a ahorcar con alguna mula de seis… mientras, sigamos viviendo la triste historia de un rey que patalea, pero que aún no muere; y la de otro, que patalea, pero que aún no llega.