La carpeta 3926/2023 por el delito de violación agravada fue la primera de 26 casos de niñas y niños abusados. En lugar de cerrar la guardería de inmediato, el IMSS y el Poder Judicial (PJ) de la FEM decidieron dejarla abierta con toda normalidad y mantener en secreto los hechos denunciados, mientras el número de víctimas aumentaba.
La investigación judicial fue lenta y deficiente. En lugar de aplicar un protocolo inmediato para protección a los menores, la directora de la guardería, Nidia Lara Lara, supo desde mayo lo sucedido y entregó los expedientes del personal docente de la guardería, pero sin los videos de las cámaras, argumentando que estaban en un punto ciego o con imágenes borrosas.
“Las cámaras las resguardó el IMSS. Los ministeriales fueron y arrestaron a la maestra en la guardería. Los papás se dieron cuenta y le preguntaron a la directora, pero ella le quitó importancia: ‘todo está bien, sólo es para una investigación’. Entonces yo le llamé para decir: ‘Nidia, yo sé que se trata de abusos sexuales’, y ella me contestó: ‘No, ¿cómo crees?, claro que no’. Pero le dije: ‘Le exijo que haga una junta para avisar a los papás’”.
La directora pidió a Ruth que no fuera a esa junta, pero ella decidió acudir: Nos dijo puras mentiras: que se trataba de un caso de maltrato a un niño, pero nunca que eran abusos sexuales. Afirmó que se había actuado a tiempo y que estaban cooperando con las autoridades. Y que todo estaba muy bien.
Ruth decidió entonces hablar con los otros papás y decirles que la maestra que estaba en la sala MB abusó de algunos pequeños: “A esa maestra la rotaban en todas las salas y les sugerí que fueran a fiscalía para revisarlos. Así se fueron sumando más casos de niñas y niños. Salieron cinco más, luego el lunes otros tres y una semana después volvieron a salir más. Ahorita son 26 carpetas; 10 niños y el resto niñas.
Yo me sentía muy mal porque a pesar de que mi niña ya estaba a salvo, pensaba en los otros e iba a la fiscalía y nada; así pasaron las semanas, los meses y la guardería seguía abierta como si nada.
Añade: Ya estando en casa, mi hija se sintió más segura y me platicó de una niña que lloraba mucho porque la maestra le hacía lo mismo. Y yo le hablé a la mamá de la niña. Ella me dijo que no creía, porque su niña hablaba mucho y nunca le había dicho tal cosa. Luego acudió a fiscalía y se dio cuenta de que la pequeña traía toda su vagina desgarrada. Comenta que esa niña hablaba más y fue contando cómo la maestra la amenazaba para que no dijera nada.
Los casos se multiplicaban y nadie hacía nada. Primero suspendieron la guardería una semana, pero luego siguió abierta, entonces fui a la Comisión de Derechos Humanos. Pedimos que se clausurara definitivamente y se investigara a otras maestras porque ya eran muchos niños afectados. Y logramos que el IMSS rescindiera el contrato con la empresa.
Fue hasta el 13 de julio de 2023, dos meses después de la primera denuncia, que el IMSS informó que la guardería sería cerrada para investigar las acusaciones de abuso sexual, luego de que la presunta agresora, de 23 años, licenciada en educación, fuera vinculada a proceso e ingresada días antes, el 8 de julio, al Centro de Reinserción Social (Cereso) Femenil 2.
El 29 de junio, se presentó una segunda denuncia contra la misma maestra: “Yo le hablé a otra mamá que fue la que me recomendó esa guardería para alertarla y ella me dijo: ‘Ya estoy en fiscalía, es mi niña’”, le dijo llorando. La tía de esa menor trabaja en la fiscalía y fue un hecho decisivo para detener a la maestra cinco días después.
Con la denuncia en la causa penal 3828/2023, la maestra fue también vinculada a proceso y se realizó la audiencia inicial presidida por el juez de control Jorge Enrique González Rodríguez, que impuso la medida cautelar de prisión preventiva por un término de 24 meses.
Un total de 40 niños y niñas fueron sometidos a exámenes periciales. Y la fiscal Wendy Paola Chávez Villanueva calificó el caso de complejo, porque entre las víctimas hay menores lactantes que no hablan ni caminan, por lo que para tomarles declaración utilizaron el método Antenas por los Niños, con un títere cibernético operado por sicólogos.
Luego de cerrar la guardería, el Seguro Social ha pagado dinero a algunos padres de los niños afectados: El IMSS vino a dividirnos, a comprar y a querer tapar todo, es cómplice. Tiene muchas irregularidades. Primero ofreció apoyo sicológico y médico. Luego, a unas cinco familias les dio 2.5 millones de pesos y abandonaron las carpetas.
Un año después de los hechos, la fiscalía ha ido difiriendo las audiencias, primero a enero, luego a marzo, después a mayo y ahora hasta agosto. El tortuguismo juega en contra de las víctimas, porque algunas, al ser tan pequeñas, ya olvidaron los hechos o se niegan a recordarlos.
La acusada antes era defendida por un abogado, luego por 13 y ahora por 36: De pronto aparecieron muchos abogados y una ONG llamada Proyecto Inocencia para apoyarla, dice, refiriéndose a una supuesta organización creada para exonerar a personas condenadas injustamente. Además, su padre es custodio del Cereso.
Cuenta que un día su hija, al escuchar una canción de banda le dijo: la maestra Naomy me la ponía en su celular. Sorprendida, ella recordó que las maestras en la guardería tenían prohibido meter teléfonos: La niña me dijo que la maestra las ponía a bailar y a moverse sexis.
Ruth le preguntó: ¿Y qué más hacía?, su hija contestó con una inocente sonrisa: Nos tomaba fotos y videos. Luego le contó a la agente del Ministerio Público y supo que en el cateo a la casa de la maestra encontraron cuatro celulares y dos computadoras portátiles.
Añade: “El año pasado, la (agente del) Ministerio Público nos dijo que había mucha evidencia (pornografía) y este año pregunté otra vez y los del juzgado dicen que no, cuando antes a mí, la MP me dijo: ‘Con lo que encontramos en el cateo es suficiente evidencia para que la sentencien. Creemos que puede ser una red internacional’”.
Mientras llora, Ruth sigue sin entender qué satisfacción pudo obtener la agresora: No sé si el sufrimiento era lo que la excitaba. Voy a seguir luchando por justicia. Si tengo que ir a la mañanera a exponer el caso al Presidente voy a hacerlo. No voy a quedarme callada, me tienen que matar para callarme. Ellos son chiquitos, no tienen voz, somos la voz de mi hija y de los demás niños.
Con información de: Crónica de Xalapa