Miles de personas se congregaron en Tuxtla Gutiérrez para exigir justicia tras el feminicidio de Mariana Sánchez, pasante de Medicina de 24 años, quien había denunciado acoso sexual en su lugar de trabajo.
TUXTLA GUTIÉRREZ, Chis.-Al frente de unas dos mil personas, la madre de la joven Mariana Sánchez Dávalos de 24 años, víctima de un presunto feminicidio, Lourdes Dávalos Ábrego, exigió hoy justicia para su hija quien previo a su muerte denunció el hostigamiento y abuso sexual que estaba sufriendo por parte de un compañero de trabajo.
La mañana de este domingo, amas de casa, amigos, familiares de Mariana, médicos, estudiantes de medicina, trabajadores del sector salud, así como miembros de la Red de Familias de Víctimas de Feminicidio del Estado de Chiapas, salieron a marchar de blanco con cartulinas que llevaban la imagen de Mariana y otras con mensajes exigiendo castigo para los responsables de su muerte.
“Justicia para Mariana” fue la consigna que gritaban todos en esta movilización que empezó en el lado poniente de la ciudad y terminó en las puertas de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH), de donde la joven era pasante ofreciendo su servicio social en una clínica rural de la comunidad de Nueva Palestina, en el municipio de Ocosingo.
Siendo pasante de la carrera, Mariana estaba disposición de la Secretaría de Salud del estado de Chiapas, donde prestaba su servicio social en esa clínica rural donde sufrió acoso y abuso sexual por parte de un compañero médico, dijo hoy su madre Lourdes Dávalos Ábrego.
La madre de Mariana dijo hoy que su hija le había contado la situación crítica que estaba viviendo desde agosto pasado que empezó a hacer su servicio social en esa centro de salud.
Desde que llegó le dieron un “cuartucho” pequeño sin camas y donde el baño estaba en el exterior y tenía que compartirlo con el personal varonil y hasta donde tenía que caminar cuando de noche tenía que hacer sus necesidades fisiológicas o quería bañarse.
Expuso que el acoso hacia su hija pasó de lo verbal a los tocamientos por parte de un médico, Mariana dijo que notificó a la directora del centro de salud y a los mandos directivos, así como a la propia Facultad de Medicina. Pero nadie atendió su queja como esperaba.
Dijo que su hija estaba desesperada porque le habían dicho que, al empezar el año, el médico que la acosaba ya no iba a estar en ese centro de salud, pero se decepcionó cuando a esta misma persona sólo lo habían cambiado de turno en el mismo lugar y por las noches, ya ebrio, forzaba la puerta de su cuarto para entrar a manosearla.
Dijo que su hija se sentía sola, indefensa, incluso no tenía internet para poder comunicarse con ella, pues es una zona de difícil acceso.
Expuso que Mariana estuvo expuesta a muchos riesgos. Incluso aún cuando cambiaran a su acosador, vivía temor de que llegara a agredirla. Aunque no dijo el nombre de su acosador, dijo que serán las autoridades las que determinen al responsable de su asesinato.
Mariana había pedido su cambio para seguir con su servicio social en el municipio de Teopisca, donde había un espacio para ella. Tampoco le hicieron caso a su petición.
“Que la iban a cambiar en caso de que llegara a pasarle algo”, eso fue lo que Mariana le dijo a su madre que le respondieron cuando pidió su cambio.
Otro de los incidentes es que cuando llegaron las vacunas contra el covid-19, habían dos vacunas disponibles para la jurisdicción donde ella laboraba, y que Mariana pidió que fuera ella una de las vacunadas, cuando esperaba el lunes pasado que la vacunaran, tampoco la tomaron en cuenta su petición. Se sintió ignorada y despreciada por la institución para la cual daba su servicio social.
Para la Red de Familiares de Víctimas de Feminicidios en Chiapas, “en el caso de la joven Mariana, existen un cúmulo de violencias, omisiones, negligencias y una exacerbada ginopia estructural. Las instituciones dejaron sola a Mariana.
Selene Domínguez, una de las coordinadoras de la Red, expuso que las jóvenes estudiantes son enviadas a lugares hostiles a realizar sus prácticas donde son violentadas y muchas veces hasta la muerte.
Expuso que está claro que esto “es un feminicidio de Estado”, pues el gobierno estatal se ha negado a asumir la responsabilidad que le corresponde frente a la Declaratoria de Alerta de Violencia de Género contra las mujeres que hay en Chiapas desde el 18 de noviembre de 2016.
“Las instituciones dejaron sola a Mariana. Este es un feminicidio de Estado”, insistió Selene Domínguez.
En la marcha, María de Jesús Espinosa de los Santos, líder de la Sección 50 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud (SNTSSA) expuso que el caso de Mariana es uno de muchos casos de acoso y hostigamiento sexual que pasan con las pasantes y jóvenes médicos que son enviadas a zonas marginadas.
Responsabilizó al Secretario de Salud, José Manuel Cruz Castellanos, de esta muerte, pues fueron indolentes, indiferentes ante su reclamo por acoso y petición de cambio de sede para seguir con su servicio social.
Hizo un llamado a que ya no hayan más Marianas y que se revisen todos los casos de las jóvenes mujeres estudiantes doctoras y enfermeras que prestan sus servicio social y viven bajo esta situación de violencia de género.
A la par de esta marcha, en Tapachula también se concentraron unas 300 personas en el el parque Miguel Hidalgo, la mayoría de ellos estudiantes de medicina del Campus IV de la UNACH, encabezados por Alberto Hugo Peralta Martínez, estudiante de séptimo semestre en medicina.
Peralta Martínez exigió a las autoridades chiapanecas que se haga justicia para Mariana y que se castigue a los responsables de este lamentable suceso.