- Onicofagia, es el término clínico para este trastorno que podría parecer inofensivo, pero llevado al exceso, puede ir más allá de lo estético
Morder y comerse las uñas son trastornos que lejos de parecer inofensivos, podría causar implicaciones que lleven hasta la muerte.
Morderse las uñas es una conducta que se puede presentar hasta en el 60% de la población. Monserrat tiene 20 años con este problema.
Empezó cuando estaba chica, desde que estaba pequeña, como desde la primaria. Cuando estaba en situación de estrés, cuando estaba en exámenes o así, o cuando paso mucho tiempo sin comer me da mucha ansiedad y ya me las muerdo. A veces me lastimo un poquito y me duele”, narró Monserrat Jiménez.
Onicofagia, es el término clínico para este trastorno que podría parecer inofensivo, pero llevado al exceso, puede ir más allá de lo estético. Especialistas advierten que morderse las uñas puede provocar consecuencias irreversibles. Los dedos son un hábitat perfecto para que las bacterias se reproduzcan.
La saliva tiene muchas más bacterias que alguna otra parte del cuerpo, incluso alguna otra superficie. Es raro, no es tan común, sin embargo, comerse las uñas puede tener algunas implicaciones que lleven hasta la muerte, por ejemplo, la sepsis, que es una infección a nivel torrente sanguíneo que afecta a varios órganos del cuerpo. Obstrucción del tubo digestivo que va a requerir posteriormente cirugía”, dijo Carlos Aboites, coordinador Auxiliar de hospitales delegación del Estado de México del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
Además de esto, morderse las uñas provoca malformaciones en los dientes, debilita el esmalte y ocasiona la pérdida de crecimiento de la uña, generando que los dedos se ensanchen y con el paso del tiempo, se deformen.
Los dedos por ejemplo a mí se me achataron, se ven como gorditos de arriba y flaquitos de abajo y la uña como que te crece más débil. Sí me ha sangrado, sí me avergonzaba. Es como ya no voy a enseñar mis manos”, comentó Monserrat.
Ha habido casos de amputación del dedo hasta la mano, o el brazo, dependiendo también de cuánto esté avanzado ésta enfermedad”, explicó Aboites.
Monserrat intentó quitarse el hábito con barnices especiales, incluso sus padres le llegaron a decir que le pondrían chile en los dedos, sin embargo, es importante ir con un especialista que ayude a buscar y tratar la causa, antes que el problema.
Espero no quedarme sin uñas. Son soluciones que de momento funcionan, el chile no te va a quitar la ansiedad o te va a dar salud mental, si no que esto es como origen de algo más allá y por eso voy al psicólogo”, concluyó Monserrat.
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