El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) informa que nacen cuatrillizos en hospital de Córdoba, Veracruz, en medio de pandemia: emite al respecto el siguiente comunicado:
Fueron sospechosos de COVID-19; las pruebas resultaron negativas, y evolucionan favorablemente
Lucas, Tayde, Irina y Mario, son cuatrillizos que nacieron el pasado 30 de julio, en medio de la emergencia sanitaria por COVID-19, en el Hospital General de Zona (HGZ) No. 8, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Córdoba, Veracruz.
Tuvieron 32 semanas de gestación, y a los pocos días de nacidos, surgió la sospecha de que estuvieran contagiados de SARS-CoV-2, ya que la madre presentó síntomas de COVID-19, y fue trasladada al Hospital General Regional (HGR) en Orizaba, y permaneció en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
Los cuatrillizos fueron sometidos a la prueba, al igual que la madre, y fueron llevados al área de neonatología del HGZ No. 8, en Córdoba, utilizado como covitario transicional.
“El resto de los recién nacidos fueron alojados en otra área que se habilitó con todas las medidas de seguridad. Los cuatrillizos permanecieron aislados, lo que constituyó otro reto para atenderlos, sin embargo se logró el objetivo: dar seguimiento a sus respectivos tratamientos”, destacó el pediatra neonatólogo encargado de atender a las niñas y niños en cunero patológico, Augusto Rafael Aguilera Joaquín.
Sin embargo, el posible contagio fue descartado y el servicio se normalizó. Actualmente permanecen en incubadoras y sin apoyo de oxígeno; “van ganando peso, además ya reciben visitas de sus padres, quienes incluso aplican la técnica Mamá canguro para propiciar el apego, fortalecer el vínculo afectivo y fomentar la succión al seno materno”.
Aguilera Joaquín explicó que el primer cuatrillizo en nacer fue un varón que pesó un kilo 300 gramos; la segunda fue una niña, de 900 gramos.
La tercera fue otra niña de un kilo; y el cuarto fue un varón de un kilo 200 gramos. Los nacimientos se registraron con un minuto de diferencia entre cada uno.
“Al nacer, tres de ellos presentaron datos de dificultad respiratoria leve y les fue aplicado un medicamento llamado surfactante pulmonar, que mejoró en forma considerable su función respiratoria, de forma tal que el apoyo externo para su adecuada oxigenación, solo lo tuvieron algunos días.
“Además recibieron alimentación parenteral (una mezcla de alimentación especial líquida que se provee a la sangre a través de un catéter intravenoso) y transfusiones sanguíneas para combatir la anemia que presentaban”, explicó.
Detalló que fue necesario intubar a uno de los varones, y se le conectó a un ventilador mecánico para favorecer su respiración. “Solo fueron unos días, y al presentar mejoría, le fue retirado”, enfatizó.
Belinda Jiménez Vélez y Gabriel Ernesto Pérez debutaron como padres con este embarazo; comentaron que no esperaban que fueran cuatro, por lo que el recibir la noticia en los primeros meses del embarazo, reaccionaron con sorpresa, miedo y emoción.
Ambos expresaron su agradecimiento al IMSS y a su personal en Orizaba y en Córdoba, por la oportuna y eficiente atención recibida, lo que ha contribuido a que sus hijos hayan superado su condición de prematurez.
Belinda conoció a sus bebés casi tres semanas después de su nacimiento, debido a que su estado de salud se complicó y permaneció cuatro días en la unidad de cuidados intensivos del HGR en Orizaba, aunado a la sospecha de que ella y sus hijos padecían COVID-19, y fueron aislados.
Ella fue dada de alta el pasado 4 de agosto. “Fue un momento muy hermoso, verlos por primera vez, tocarlos y hablarles para decirles con cuanta alegría los esperamos en casa; y aunque las visitas son muy limitadas, cargarlos, saber que van evolucionando bien y diariamente luchan por mejorar con el apoyo de los médicos, enfermeras y todo el personal involucrado en su atención, me llena de esperanza”, refirió.
La jefa del Departamento de Pediatría, Monserrat González Flores, reconoció que durante la emergencia sanitaria, la atención del parto de cuatrillizos fue un nuevo reto para el personal, mismo que asumieron de manera profesional, con alto sentido humano, y contaron con el respaldo de las autoridades de la unidad.
“Nos coordinamos estrechamente con el servicio de ginecología para ofrecer la mejor atención durante el parto; estuvimos en quirófano cuatro pediatras, es decir, uno para recibir a cada una de las niñas y niños; y junto con los otros especialistas y el personal de enfermería, la cirugía se llevó a cabo sin contratiempos”, detalló.