El hijo de el capo de la droga visitó el puerto de Veracruz para dar una conferencia sobre la paz mundial
Para el arquitecto Juan Pablo Escobar —hoy Juan Sebastián Marroquín — no ha sido fácil vivir a la sombra de su padre, uno de los capos más poderosos en la historia del narcotráfico mundial: el colombiano Pablo Escobar.
Luchar contra los estigmas y los estereotipos lo llevó a desempeñarse como conferencista en América Latina para promover la paz, la prevención del delito y evitar que los jóvenes traten de repetir la historia de líder del Cartel de Medellín.
Custodiado por un discreto equipo de seguridad personal, el hijo del Zar de la cocaína llegó al Centro Universitario Las Américas de la ciudad de Veracruz para ofrecer la conferencia «Pablo Escobar, una historia para no repetir».
A los lugares que visita, el ciudadano se presenta como el arquitecto, ingeniero industrial y conferencista Juan Sebastián Marroquín para comenzar a desprenderse de su pasado, tomó la decisión de cambiar su nombre.
«Estas lleno de prejuicios, de falta de oportunidades y de cosas que no te permiten avanzar en la vida».
Sus padres Pablo Escobar y María Isabel Santos Caballero lo bautizaron como su progenitor: Juan Pablo Escobar, pero en la actualidad él se hace llamar Juan Sebastián Marroquín.
«El cambio de identidad tiene que ver justamente con poder construir una identidad propia, poder alejarme de la sombra de mi padre y poder crecer porque nada crece debajo de una gran sombra. Esto es lo que me ha dado la oportunidad de salir adelante independientemente de mi apellido».
Cambiarse el nombre le permitió a él y a su familia salir de Colombia para alejarse de la violencia y viajar por el mundo promoviendo la paz y explicar a través de conferencias dirigidas principalmente al público joven por qué el camino que elogió su padre no fue el correcto.
«Que los jóvenes se den cuenta de que lo que están viendo en las series de televisión, ese glamour que le han agregado a personajes como mi padre pues no contribuye en absoluto a generar verdad ni conciencia, al contrario, contribuye a generar un montón de jóvenes dispuestos a repetir la historia de mi padre creyendo que el camino al éxito es a través de la criminalidad».
El arquitecto Marroquín reconoció que las series de streaming sobre la vida de su padre han sido un éxito comercial porque muestran una cara distinta a la realidad.
«Claro, lo ven (el caso de Pablo Escobar) como un caso de éxito, así a veces lo han pintado como el más rico, en más poderoso y demás, cuando en realidad no lo fue, fue rico y poderoso pero no le duró nada, no tuvo la verdadera oportunidad de disfrutar su fortuna».
A pesar de que la imagen de su padre, a 30 años de su muerte, tiene un gran peso en la cultura popular de América Latina y que con ella se generan millones de dólares al año, él no recibe regalías.
«En absoluto, yo no me beneficio en absolutos de las series o películas sobre él, solo de mis libros».
El hijo de Pablo Escobar consideró necesario que los medios de comunicación también sepan cómo manejar la información cuando hablen sobre su padre porque en muchas ocasiones se incurre en la apología del delito sin tomar en cuenta el impacto que tendrá entre la sociedad.
Con información de: E-consulta Veracruz