“Hay más personas consumiendo drogas, más sustancias y más tipos de estupefacientes que nunca”, resume la situación la nueva directora ejecutiva de la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (ONUDD), Ghada Waly.
Jueves 25 junio.– Nuevas rutas, métodos de narcotráfico y sustancias prohibidas. Las restricciones impuestas en todo el mundo por la pandemia de COVID-19 han alterado no sólo la economía global sino también el mercado mundial de drogas, señala un informe de Naciones Unidas difundido este jueves en Viena.
Este es uno de los aspectos fundamentales del último Informe Mundial sobre Drogas que muestra una situación cada vez más compleja, con las drogas tradicionales -como la cocaína, la heroína o el cannabis- en máximos históricos y la proliferación de sustancias sintéticas.
“Hay más personas consumiendo drogas, más sustancias y más tipos de estupefacientes que nunca”, resume la situación la nueva directora ejecutiva de la Oficina de la ONU contra la Droga y el Delito (ONUDD), Ghada Waly.
“El mercado de drogas se está volviendo cada vez más complejo. Sustancias de origen vegetal como el cannabis, la cocaína y heroína se unen a cientos de drogas sintéticas, muchas sin control internacional”, expone el informe.
También aumenta el consumo de drogas farmacéuticas -en algunos casos falsificaciones- con fines recreativos o sin supervisión médica, algo que ha causado en los últimos años decenas de miles de muertos en Estados Unidos.
SUBEN LOS CONSUMIDORES
En 2018 la ONU calcula que había unos 269 millones de consumidores de drogas en el mundo, lo que equivale al 5.4 por ciento de la población adulta mundial. Una de cada 19 personas del planeta.
Esa cifra es un 30 por ciento mayor que en 2009, mientras que más de 35 millones de personas padecen trastornos graves por drogadicción.
El informe repite sus estimaciones sobre 585 mil muertos en 2017 debido al consumo de drogas y que ya difundió en el reporte del año pasado.
El cannabis sigue siendo la droga más popular del mundo con 192 millones de consumidores, pero los opioides, como la heroína o sus análogos, son los más letales ya que están detrás de dos tercios de las muertes.
En la pasada década el consumo de drogas ha crecido mucho más rápidamente en el mundo en desarrollo que en el industrializado, debido, en parte, al crecimiento allí de la población más joven, que es la más proclive a consumirla.
La ONU también apunta a diferencias sociales: mientras que la mayor prevalencia de consumo se da en las capas más favorecidas, los problemas más graves de drogadicción se registran sobre todo entre los más pobres.
“Los datos de varios países sugieren una asociación entre patrones dañinos de consumo de drogas y bajos ingresos”, sostiene el informe de la ONUDD.
LA COVID ALTERA EL MERCADO
Debido a las restricciones para frenar la COVID-19, los narcotraficantes buscan nuevas rutas y métodos, y las actividades a través de la denominada “red oscura” de Internet y los envíos por correo han podido aumentar, señala el informe.
Las rutas aéreas -importantes para el tráfico de anfetaminas y drogas sintéticas- y las terrestres -fundamental para la heroína- han tenido que modificarse debido a la cancelación de vuelos y el cierre de fronteras.
El incremento de incautaciones de cocaína en puertos europeos o los alijos de heroína intervenidos en barcos en el Índico, como alternativa a la terrestre ruta de los Balcanes, son indicios de esos cambios.
El parón del comercio internacional también se ha notado en la escasez de precursores químicos necesarios para producir heroína o cocaína, lo que ha podido reducir su fabricación.
Fotografía manipulada desde la fuente, cedida por la Guardia Nacional, donde se observa un decomiso en la ciudad de Tijuana en el estado de Baja California (México).
Fotografía manipulada desde la fuente, cedida por la Guardia Nacional, donde se observa un decomiso en la ciudad de Tijuana en el estado de Baja California (México). Foto: EFE/Guardia Nacional/SOLO USO EDITORIAL/MEJOR CALIDAD DISPONIBLE
La ONU señala que el mayor control en las fronteras está llevando a un menor tráfico de heroína desde México a EU, lo que ha generado escasez de ese opioide. También en Europa se ha detectado una caída de la oferta.
Otro indicio de la escasez de la oferta es la subida de los precios de las drogas en diferentes mercados.
Las restricciones al movimiento y a las reuniones han podido llevar a una caída momentánea del consumo, especialmente de aquellas drogas -como los estimulantes- que suelen aparecer en festivales de música o discotecas.
PATRONES DE RIESGO
Por el lado negativo, la ausencia de opioides debido a las restricciones ha podido llevar a buscar un sustitutivo en el alcohol, las benzodiacepinas o las drogas sintéticas, alerta la ONU.
También se ha podido sustituir la heroína por sustancias más dañinas producidas localmente, como el fentanilo, un analgésico sintético 50 veces más potente.
De esta forma, también se teme que hayan aparecido patrones de consumo más dañinos con sustancias inyectables por medio de jeringuillas, y el consiguiente riesgo de transmisión de enfermedades como el VIH/SIDA o la Hepatitis-C.