Integrantes de la jerarquía católica dieron a conocer un escrito dirigido a las autoridades y a las organizaciones criminales ante el “recrudecimiento de la violencia”.
Las autoridades deben garantizar que no haya extorsiones contra peregrinos y flagelantes esta Semana Santa en Taxco, pidió el obispo José de Jesús González Hernández.
Y reiteró que el clero de Guerrero está abierto al diálogo con las organizaciones criminales que operan en municipios de la región Norte para que cese la violencia.
El obispo fue consultado este domingo en la catedral de Chilapa.
Informó que junto los obispos Joel Ocampo Gorrostieta, de Ciudad Altamirano y Dagoberto Sosa Arriaga, de Tlapa, así como con el arzobispo de Acapulco, Leopoldo González González, emitieron un comunicado dirigido a las comunidades diocesanas, gobernantes y criminales en otro intento por buscar la paz en la entidad.
“Se necesita poner un granito de arena de nuestra parte porque hay mucho miedo, hay mucha gente que está sufriendo, que no puede salir a trabajar porque les cobran (derecho de piso). Y la gente se desespera y puede hasta usar violencia”, justificó.
Al prelado se le preguntó si al igual que en 2023 pedirá -junto al obispo emérito Salvador Rangel- a líderes de la organización criminal La Familia Michoacana una tregua para que en Taxco se desarrolle la Semana Santa, tras el intento de extorsión que denunciaron flagelantes.
“Sí, ya nos adelantamos diciéndoles a los fieles que no dejen de hacer la Semana Santa, a los mayordomos, a las hermandades, les hemos pedido que se preparen”.
También se refirió a las autoridades municipales, estatales y federales.
“Ciertamente pediríamos a las autoridades que vigilen que no haya extorsiones, sobre todo a todos los peregrinos, flagelantes y a los mismos que hacemos la Semana Santa, que garanticen la seguridad”.
Añadió: Y a nuestros hermanos pues que no roben de esa manera, de ninguna manera y menos en las cosas sagradas, que no interfieran en la oración porque con la oración Dios perdona a todos y si no hacemos oración nos va mal a todos.
–¿Habrá otro intento de parte del clero para dialogar con organizaciones criminales en busca de paz para la región Norte, donde están los municipios de Taxco e Iguala que siguen padeciendo la violencia? –se le planteó.
“Nosotros estamos abiertos al diálogo. Vamos a abrir nuestras agendas para poder seguir tejiendo la paz. El papa Francisco nos dijo que seamos artesanos y si no sale la artesanía una vez, seguiremos intentando”, respondió.
En la región Norte operan las organizaciones delictivas La Bandera, Los Tlacos o Cartel de la Sierra y La Familia Michoacana.
Apenas el 16 de febrero en Taxco fue atacado con fusiles AK 47 el alcalde de ese municipio, Mario Figueroa Mundo, quien viajaba en una camioneta. Sus escoltas repelieron la agresión y mataron a uno de los agresores.
La Secretaría de Seguridad Pública estatal atajó las versiones acerca de las posibles lesiones del alcalde con un comunicado que indica que el atentado fue circunstancial porque sus agresores regresaban de asaltar una pollería.
El edil que calificó la crisis de seguridad y colapso del transporte público en Taxco como “un bachecito” no ha aparecido públicamente.
Comunicado de los Obispos
Los obispos de Guerrero José de Jesús González, Joel Ocampo Gorrostieta y Dagoberto Sosa Arriaga, así como el arzobispo Leopoldo González González, emitieron este 17 de febrero el “Comunicado de los Obispos de la Provincia Eclesiástica de Acapulco sobre la paz en nuestro estado de Guerrero”.
El escrito va dirigido a las autoridades y a las organizaciones criminales ante el “recrudecimiento de la violencia en nuestro estado”.
A los alcaldes, a la gobernadora Evelyn Salgado y al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, les piden evitar ser rebasados por aquellos que intentan apoderarse del ánimo, vida económica y del futuro de los municipios, en referencia a la próxima elección.
Les advierten que el descontento social aumenta ante el clima de impunidad y que algunos pueblos empiezan a asumir roles que corresponden a las fuerzas del orden.
Se dirige a “todos aquellos que han hecho del crimen un estilo de vida” para pedir “cesen en sus abusos en contra de las personas, de las familias, de los pueblos y ciudades”.
“Todos necesitamos un ambiente libre de intimidación y violencia para conservar nuestra integridad física y psicológica, trabajar honestamente, consolidar nuestro patrimonio material, disfrutar de nuestra familia, asistir a los centros escolares, llegar a las instituciones de salud y manifestar públicamente nuestra fe.
“Nadie tiene derecho a matar, abusar sexualmente, robar, mentir, esclavizar; mucho menos a convertirlo en un negocio o en un medio de intimidación”, plantean los obispos.
Tenemos la confianza y la esperanza de que podremos alcanzar la justicia y la paz para esta tierra bendecida, agregan.
Este es el segundo intento de la jerarquía católica para detener la criminalidad que viven regiones de Guerrero.
El 14 de febrero, el obispo José de Jesús González reveló que en diciembre los obispos buscaron dialogar con líderes criminales de sus regiones para pedir una tregua que lleve a pacificar la entidad.
El prelado dijo que no llegaron a un acuerdo porque las organizaciones no cedieron territorios pero que seguirán buscando el diálogo.
Por su parte, el sacerdote y director del Centro de Derechos de las Víctimas de la Violencia, Minerva Bella, informó a Proceso el viernes que intervino para que los líderes de las organizaciones Los Tlacos y Los Ardillos pactaran una tregua en la capital del estado.
El acuerdo fue, de acuerdo al defensor de derechos, que cada organización iba a respetar sus negocios ilegales y legales como el transporte, antros, venta de abarrotes y carne. Esto detuvo los asesinatos contra choferes y unidades de transporte que mantuvieron paralizada a la capital del estado por 10 días.
En este contexto la gobernadora Evelyn Salgado ha guardado silencio.
Con información de: Proceso