La historia de Pony, la orangután que pasó 7 años siendo prostituida en un burdel de Borneo, en Indonesia ha conmovido a miles en redes sociales.
Todo empezó cuando fue separada de su madre con apenas meses de nacida. Tras ser capturara, empezó a pasar los días encadenada en un burdel donde trabajadores agrícolas abusaban de ella.
Diario la vestían, la maquillaban y la depilaban; esto último con severas consecuencias para su salud, pues las depilaciones le causaban llagas. Incluso se reporta que llegaba a usar perfume y joyas, todo esto a petición de sus abusadores.
Para rescatarla, hicieron falta más de 30 elementos del ejército indonesio que tuvieron que entrar por la fuerza al pueblo donde Pony era explotada.
El hombre que prostituía a Pony se rehusaba a dejarla ir porque, alegaba, era su única forma para obtener dinero; y en segundo lugar, se tuvo que lidiar con los demás pobladores, que tampoco querían que la orangután se fuera pues, aseguraban, su presencia les traía buena suerte.
Tras su rescate, su rehabilitación fue sumamente difícil y por mucho tiempo, Pony solo fue atendida por mujeres, pues desarrolló una aversión hacia los hombres.
En cuanto veía uno, creía que se trataba de un cliente del burdel donde la prostituían. Según el presidente de la International Animal Rescue, Karmele Llano, cuando Pony veía un hombre corría a esconderse a un rincón y se orinaba.
Según la Fundación para la Supervivencia del Orangután de Borneo (BOSF, por sus siglas en inglés), a pesar de todos los obstáculos, Pony ha conseguido cumplir con su rehabilitación. Ahora se ha reintegrado a su estado salvaje como los demás orangutanes, aun cuando por muchos años solo conoció el cautiverio.