El Perro, en su infinita sabiduría, lo definiría así: “La tuvieron, era suya… y la dejaron ir”. Tanto Héctor como Pepe Yunes se han visto muy tibios en los asuntos políticos de interés ciudadano por verse involucrados en los asuntos políticos de interés particular… su candidatura a la Gubernatura para el 2018.
¡Qué hubiera sido de la militancia del PRI si hubieran visto a un Senador o a los dos, en un café, en reunión con empresarios, o hasta en el mismo “Congalazo” local de Veracruz, manifestarse en contra de la designación “por encargo” de un Fiscal Anticorrupción o un Comisionado del IVAI, pero no con tibieza, y sí con la misma enjundia con la que hablaban cuando ambos buscaban la candidatura a la gubernatura hace apenas un año… El Perro Bermúdez por eso es sabio… “La tuvieron, era suya… y la dejaron ir”.
¿Estarán a tiempo?
II
El priismo en Veracruz requiere de una brújula con urgencia. Ven con respeto a Amadeo, pero no lo ven como a un líder. Ven al primer priista del Estado, pero ya no lo ven como eso… como al primer priista del Estado. Voltean a ver a Enrique Peña Nieto, pero lejos está de ser el pastor que el priismo requiere. ¿Manlio? Por el momento, fuera de la jugada y con el sello de “Perdedor”. ¡Quedan los dos senadores! Héctor y Pepe Yunes. Si bien, el primero arrastra con sí el peso de una derrota que lleva al partido al tercer lugar en la preferencia electoral en Veracruz, hay priistas que ven al choleño como a un líder al que todavía vale la pena seguir. Por otro lado, Pepe Yunes es un político fuera de serie que es seguro, guarda la simpatía y el afecto no sólo de la militancia priista de años, sino también de la nueva generación que viene empujando por abrirse espacios entre una anquilosada forma de hacer política de algunos “dinos”, atrapados en el quehacer autoritario de los tiempos de gloria que tiene rato que pasaron… y no se dieron cuenta. Por supuesto, entre esa nueva generación, no está contemplada la de los hijos de la Prosperidad.
III
La pregunta que se hacen dentro del priismo veracruzano es quién ha de asumir el liderazgo que deja un gobierno que puso por los suelos la imagen de este partido… que conste, el gobierno abarca lo federal como lo estatal. Honrosas excepciones a nivel municipal que pagan los platos rotos del malentendido ejercicio del poder. Mismas honrosas excepciones se viven en el Palacio de Des-Encanto… Ricardo Ahued Bardahuil, que aun cuando esté en esa bancada, apuesta más a su calidad humana, a su ser ciudadano y sobre todo, a su conciencia. Es claro que Ahued jamás podrá ser priista porque respeta mucho a su Pepe Grillo y sería incapaz de matarlo.
Pero están los dos senadores del PRI, Héctor y Pepe, que al menos hasta donde sepa el que escribe, apuestan a la honestidad en la política… si hay algo vergonzante, que mi ignorancia me ampare.
El asunto entre Héctor y Pepe es resolver quién debe asumir el liderazgo del priismo veracruzano… ¿los dos? ¿o uno? ¿y quién?
IV
Es claro para el priismo local, que para el siguiente proceso electoral (2017), hay más riesgo de perder sobre lo perdido, y entre los que saben, entienden que lo mejor para el PRI en este momento sería que se tocara fondo, ya, ya, ya… tocar fondo implicaría una cosa nada más para el priismo: ir para arriba. Pero mientras no se toque fondo, mientras esté latente el lastre que significó para Héctor Yunes Landa la derrota, se seguirá cayendo…
Buscar los mejores hombres y mujeres para competir en el 2017 por las alcaldías, tendrá un solo objetivo: tener el mínimo de bajas y dejar ese deshonroso tercer lugar en la preferencia electoral, para entonces sí, enfilarse al 2018… con el candidato que la militancia arrope como su líder en estos momentos donde todavía la derrota mantiene a muchos en estado de shock.