¡Qué alegría hay en el PRI!

¡Qué alegría hay en el PRI!

Para Alfredo Ferrari Saavedra, la revuelta interna vivida en el Partido Revolucionario Institucional (PRI), a raíz del denominado Cañagate, no es muestra de división sino de una profunda alegría.
En la lógica del dirigente estatal del PRI, los adustos dirigentes nacionales  del PRI estarían en la misma tesitura de los comunistas del siglo pasado, dibujados ejemplarmente por el escritor checo Milan Kundera en su novela La Broma, porque de inmediato pusieron las alertas y trataron de apaciguar el carnaval político en que el gobernador Javier Duarte de Ochoa hizo quema del mal humor, personificado por el senador Héctor Yunes Landa.
Y es que a alegría nadie nos gana en el altiplano.
Las consultas de alto nivel para aminorar la reacción virulenta del senador veracruzano, a quien obsequiosamente Duarte le entregó una caña de pescar en su cumpleaños para que pescara los peces gordos que él había prometido en un arranque de demagogia, no han logrado del todo curar las agruras del choleño.
En los últimos días, además de despotricar contra su antiguo aliado, Yunes Landa se ha placeado en diversos actos como el informe del gobernador morelense Graco Ramírez y la toma de posesión de Jaime Rodríguez Calderón, El Bronco, en Nuevo León, en que fue sentado junto a gobernadores de todos los tintes políticos.
Según Ferrari Saavedra, el priismo está unido (¿el priismo duartista?). “Lo que hay es un proceso de debate interno porque somos un partido rico en el debate; somos un mosaico heterogéneo y plural”, declaró a la prensa, y concluyó jubiloso, a carcajada batiente, que “en el PRI no hay peleas, hay deseos de tener un Veracruz ganador; con profunda alegría enfrentamos un proceso”.
Quien escapa al jolgorio, ya lo hemos visto, es Héctor Yunes, quien este lunes anduvo por tierras martinenses tratando de rearmar sus fuerzas, y aunque se acerca la temporada de bobos en el río que lleva su nombre, lo que está buscando pescar es seguidores.
Para su fortuna, en esas tierras feraces lo que más se cultiva son cítricos y no tendrá que ver con más cañas, porque la caña de azúcar, con el cierre del Ingenio Independencia, ya pasó a la historia.
Que el PRD haya girado invitación al senador priista para que sea su baluarte en los comicios gubernamentales de 2016, es cosa que no le preocupa al dirigente estatal priista. Ello no demuestra el desencuentro interno que sí ven sus vecinos sino que el desmenuzado partido de izquierda carece de cuadros. “Es la falta de cuadros del PRD la que los hace invitar al Senador a participar con ellos, el PRI tiene muchos cuadros y Héctor Yunes es un gran cuadro en el partido y le tenemos un profundo respeto y reconocimiento a su capacidad, también a Pepe Yunes y a todo el priismo”.
Mientras la alegría se desborda en el PRI veracruzano, la temperatura política que calibran en la dirigencia nacional genera preocupación tanto en el edificio de Insurgentes como en Los Pinos, porque la contienda por mantener en su poder el tercer estado con mayor número de electores en el país, indispensable para mantener al PRI en Palacio Nacional en 2018, está a la vuelta de la esquina y amenaza con una grave división interna que aprovecharía muy el PAN y su casi seguro candidato, el diputado Miguel Ángel Yunes Linares.
Como dicen en TV Azteca: ¡Venga la alegría!
Yunes blanquiazules, reyes feos del carnaval
Y mientras las comparsas hacen sonar sus tambores y silbatos con ritmos de batucada dentro del PRI veracruzano, esa alegría tan contagiosa amenaza con aumentar el bullicio unitario de la Fidelidad en la cruzada por incorporar a la fiesta a los Yunes del estero.
Como no tuvieron éxito en el ámbito federal en su intento por incorporar a Miguel Ángel Yunes Linares al salón de fiestas de la PGR, y en cambio  tuvieron una llamada de atención con la aprobación para que el diputado panista presidiera la comisión de Seguridad Pública de la Cámara de Diputados, han optado por elegir como rey feo a su hijo, el alcalde de Boca del Río, contra quien la Fiscalía General  ha desplegado con sospechosa prontitud sus buenos oficios para responder a la denuncia presentada por un grupo de diputados locales priistas (cuya honestidad es cosa de risa) por enriquecimiento inexplicable.
Nadie ha reparado, porque eso sería actuar con enorme seriedad, en las riquezas mal habidas de los antaño pobretones que en el actual gobierno han logrado inmensas fortunas, construido residencias palaciegas y conquistado el jet set provinciano.
Sin embargo, observan con lupa la de los enemigos políticos y ya anuncian el pronto desafuero del cachorro yunista, alcalde por segunda ocasión de Boca del Río, a quien aún antes de que este martes comparezca ante un fiscal a modo, ya le pisan los callos, le asedian con patrullas de la Fiscalía y le tienen una red de intimidación que pondrá las cosas al rojo vivo.
Este lunes, el propio Miguel Ángel Yunes Márquez ha denunciado en redes sociales (fotografías incluidas) cómo la Fiscalía le ha montado frente a su domicilio una verdadera fiesta, una batucada de sabor jarocho como para que no se les escape, como sí ocurrió con alcaldes desaforados como el munícipe priista de Coatepec, a quien le dieron todas las oportunidades para que pusiera pies en polvorosa.
En fin, que la fiesta continuará, porque de que los veracruzanos somos ingeniosos para mostrar nuestra alegría, ni a quien le quepa duda.
 
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