Qué es la amnesia digital y cómo evitarla

Qué es la amnesia digital y cómo evitarla

Ser capaz de recordar algo que ocurrió hace diez años, pero no poder marcar el número de teléfono de tu mejor amigo o tus padres, es más habitual de lo que puede parecer.
Un estudio realizado por la empresa de seguridad informática Kaspersky Lab, revela que las personas que se conectan habitualmente a Internet no recuerdan, en un 44% de los casos, el número de sus hijos, o en un 55%, el de su trabajo.
Amnesia digital, un nuevo mal tecnológico
El psicólogo Enrique García Huete, director de Quality Psicólogos y profesor de la Universidad Cardenal Cisneros, explica qué es la llamada amnesia digital y qué podemos hacer para no perder la memoria.
Dependemos cada día más de las tecnologías, y esto trae consecuencias que ya notamos en nuestra cabeza, en nuestra memoria.
“La memoria es un músculo que hay que entrenar y repetir”, explicó García Huete.
Antes, por ejemplo, conocíamos los teléfonos de las personas de nuestro entorno “por repetición”, había que marcarlos. Ahora ya no hace falta.
Pero además tenemos varios dispositivos electrónicos, aplicaciones y programas que nos dicen las citas que tenemos a lo largo del día, lo que significa una palabra, cómo llegar a un sitio, qué canción es la que está sonando, las reuniones en el trabajo, los cumpleaños de nuestra madre o el santo de nuestro primo. Delegamos la responsabilidad de recordar nuestro día a día al móvil, la tablet o el ordenador.
“La cabeza tiene un mecanismo que es el siguiente: cuando sé que se me va a recordar externamente algo, dejo de recordarlo internamente, y sí que es cierto que todos estos cambios están haciendo que esa parte de memoria (no otras) se vaya perdiendo”, detalló el experto, añadiendo que no “podemos generalizar” y aplicar este fenómeno a todos los tipos de memoria, sino a la “memoria de evocación y recuerdo”, que es a la que afecta.
Por tanto, estamos perdiendo todo ese “proceso de esfuerzo de memoria, así como los elementos que funcionan por asociación”, pues “la memoria viene acompañada de un esfuerzo, y todo ser humano intenta hacer el menor esfuerzo posible”, apuntó el especialista.
Según la investigación realizada, el 20% del no pudo recordar durante el estudio el número de su pareja. Sin embargo, el 65% sí recordaba el número de la casa donde vivían cuando tenían entre 10 y 15 años.
Los síntomas de esta amnesia digital no son entendidos como patológicos; “pero desde luego, pregúntate a ti mismo, ¿Cuántos números de teléfono te sabes?, ¿Cuántas veces tienes que mirar la agenda para recordar lo que tienes que hacer?”, indicó Enrique García.
La ansiedad de perder tu “disco duro externo”
Hacer comparativas es factible en adultos, porque los adolescentes han nacido con un móvil debajo del brazo. De hecho, según el citado estudio, el 43% de personas entre 16 y 24 años considera que su smartphone tiene casi todo lo que necesitan saber o recordar.
Esta delegación a nuestros dispositivos, como si de un segundo cerebro se tratara, puede traernos problemas más allá de la memoria si perdemos el móvil o se nos rompe la tablet.
¿Qué pasa cuando esta nueva extensión del cuerpo humano desaparece?
Uno de cada cuatro mujeres y jóvenes encuestados, entraría en pánico si le pasara algo a su móvil, ya que es el único sitio donde guardan imágenes e información de contacto, revela el estudio. Además, el 40% de mujeres y el mismo porcentaje de jóvenes, se quedarían tristes si no pudieran recuperar sus recuerdos almacenados.
El experto subraya que además de la dependencia, somos poco previsores y no siempre respaldamos la información.
“Cuando la gente se queda sin contactos, email o Whatsapp, sobre todo adolescentes, entran en crisis de ansiedad, de angustia e incluso de pánico”, explicó.
Hay solución, recuerda llevarla a cabo
Pese a que el experto cree que “en el terreno de lo digital la batalla está perdida”, señaló que podemos poner solución llevando a cabo otros ejercicios.
“La memoria es una función que tiene que ver con la atención, la comprensión y la capacidad de volver a evocar ese recuerdo. Hay que seguir trabajando en esos aspectos sobre todo desde ámbitos educativos”, explicó.
Es necesario por tanto solventar el problema “con otros tipos de memoria: memorizando poesía, haciendo recuerdo de conceptos, a través del arte, de la música” para tener una buena memoria de evocación sin que tengamos que sabernos todos los teléfonos de nuestra familia.
Tan fácil como escuchar una canción y esforzarnos por recordar qué nos evoca, a quién nos recuerda y dónde la oímos por primera vez.
 
 
 
Dinero en Imagen con información de EFE

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