Qué hacer cuando a tu mascota le da ansiedad

Qué hacer cuando a tu mascota le da ansiedad

Los vínculos emocionales que tenemos con los perros, en ocasiones llegan a presentar un grado patológico el cual no les permite enfrentar la soledad.

Los vínculos emocionales que tenemos con los perros, en ocasiones llegan a presentar un grado patológico el cual no les permite enfrentar la soledad, lo que les provoca la ansiedad. Debido a los ritmos de vida de la población nuestros perros que son de naturaleza social (vivir en grupos) han tenido que habituarse a vivir solos.

Este trastorno se define como un estado de ansiedad e incluso pánico ante la ausencia de la figura de seguridad, en este caso el propietario. Esta patología es comúnmente vista en perros rescatados o adoptados, o bien puede desarrollarse con el tiempo a partir de un evento traumático; en perros ancianos puede aparecer o incrementarse por la pérdida de ciertas capacidades como desplazarse, escuchar o ver.

Síntomas de ansiedad

La mayor parte de ejemplares con este tipo de trastorno reportan aullidos o ladridos, destrucción, orinar y defecar en zonas no apropiadas (puerta de la casa, sillones, camas), lamido excesivo de patas, falta de apetito, diarreas, vómitos, intentar estar en contacto todo el tiempo con el propietario, trastornos del sueño y en casos severos automutilación o lastimarse al intentar perseguir al propietario.

Son individuos que pueden agitarse en cuanto empiezan a observar señales de que se quedarán solos por ejemplo agarrar las llaves, maquillarnos, agarrar nuestra bolsa.

Al regresar a casa otro tipo de conductas observadas son muestras de excitación excesiva al saludar, tardan mucho en calmarse y al ocurrir esto el perro intenta permanecer todo el tiempo en contacto con el propietario ya sea física o visualmente. Son ejemplares que requieren todo el tiempo de la atención del propietario por lo cual se vuelven demandantes.


 

¿Qué se puede hacer para tranquilizar a la mascota?

El tratamiento de este trastorno requiere de la total colaboración de todos los miembros de la familia ya que por lo general al llegar a consulta los pacientes llevan mucho tiempo presentándolo por lo cual su tratamiento suele ser largo.

Es importante entender que nuestro perro no está desplegando conductas por berrinche o venganza, si no se trata de un trastorno generado por el miedo, eso genera la ansiedad.

Lo principal siempre será prevenir la aparición de estas conductas reforzando independencia en nuestros cachorros. Podemos lograr este tipo de aprendizaje permitiéndole experimentar estar solo, inicialmente no deberemos reconfortar los momentos en que llora si no premiarlo al momento en que pueda estar solo y calmado.

 

 

Tratar de hacer los momentos de llegada a casa menos importantes, esperar a que nuestro perro este tranquilo para poder saludarlo aunque eso implique esperar mucho tiempo; esto con la finalidad de que nuestro cachorro comprenda que las conductas que son premiadas son aquellas en las que esta calmado.

Fomentar momentos de independencia con el uso de juguetes que se rellenen de alimento, esto le permite entender que no requiere de nuestra presencia para ser feliz, puede pasar buenos momentos estando solo.

En muchas ocasiones creemos que conseguir otro compañero para nuestro perro podría ayudar a este trastorno, sin embargo en contadas ocasiones este recurso puede ayudarnos, por el contrario puede llegar a ocurrir que el nuevo miembro comience a adoptar las mismas conductas o bien que nuestros perros compitan todo el tiempo por atención.

En pacientes ya con un trastorno crónico será importante siempre buscar la ayuda de un profesional (etólogo) ya que su tratamiento requerirá de supervisión.

Involucrará generar espacios de seguridad (más en aquellos ejemplares que han llegado a lastimarse por intentar buscar al propietario); un sitio de seguridad es aquel en donde podemos guardar a nuestro perro sin riesgo a que sufra alguna herida y pueda tener acceso a agua y una zona para orinar y defecar.

De igual manera intentar romper rutinas de salida para evitar que nuestro perro prevea nuestra partida (Ej: tomar las llaves o la bolsa y sentarnos a ver televisión). Evitar saludos y despedidas efusivas y premiar todos los estados de calma. En casos severos la medicación para facilitar la implementación de terapias está indicada siempre bajo supervisión de un médico veterinario.

FUENTE/REVISTA SELECCIÓN 

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