ColumnaSinNombre
@pablojair
En epílogos anteriores de esta columna comentábamos sobre la gran cantidad de taxistas ejecutados en algunas zonas de Veracruz. En un sólo día se han contabilizado varios y en diversas partes de la entidad.
De las zonas donde más se sabe de la muerte de los ruleteros ha sido en Coatzacoalcos y muchos lo atribuyen a que los choferes se han involucrado con el crimen organizado, ya sea sirviendo como “halcones” (espías) o como mulas para mover mercancía y clientes por la ciudad. También hay honrosas excepciones.
Pues bien, lo anterior viene a colación por el caso de los cuatro niños asesinados en Coatzacoalcos, ejecución habría sido ordenada por el recién atrapado líder de la delincuencia organizada Hernán Martínez Zavaleta (a) “Comandante H” en venganza porque habrían matado a un lugarteniente de los suyos, llamado Bernardo Cruz Mota, y uno de los participantes habría sido Clemente Martínez Martínez, padre de los niños masacrados, de oficio taxista. (Por una confusión de este autor, habíamos puesto anteriormente que Bernardo Cruz Mota era el padre de los niños. Mea culpa).
Clemente supuestamente tuvo que ver con la ejecución de Bernardo Cruz Mota y eso desencadenó la furia del “H”, quien le ordenó a Alaín López Sánchez (a) “La Liebre” ejecutarlo; no queda muy claro si la orden fue masacrar a toda la familia o solamente al taxista, pero hasta el día de hoy, “La Liebre” no ha sido capturado.
Quizás si al chafirete lo hubiesen agarrado solo en una colonia mientras conducía, el caso hubiese pasado a sumar las estadísticas sangrientas que no dejan de crecer en Veracruz. Hubiese sido una muerte más de un taxista, lamentable, pero sólo eso.
Pero la ejecución del taxista, su mujer y los cuatro niños causó indignación a nivel nacional y todavía tuvimos la noticia de que ese mismo día mataron al jefe de la Policía Federal en Veracruz, Camilo Castagné.
Las ejecuciones de los niños y del jefe policiaco pusieron de inmediato los reflectores en el experto de los “6 meses” llamado Miguel Ángel Yunes Linares, y en el secretario de Seguridad Jaime Téllez Marié, quien ha recibido serias amenazas de bandas criminales que lo acusan de favorecer a grupos rivales.
¿Pero que hubiese pasado si los niños no hubiesen sido asesinados? ¿Habría habido la cacería contra el “Comandante H” que se dio en las horas posteriores? ¿En verdad se habría desplegado tal operativo en contra del jefe de la delincuencia organizada? ¿En algún momento pensaban detener al “H”?
Según el gobernador, el famoso “H” estaba operando en Veracruz desde el año 2006 y se vio harto apapachado por la clase política local de Coatzacoalcos. No obstante, resulta difícil de creer que el gobernador Yunes Linares no haya tenido conocimiento de la existencia del “Comandante H” en todo este tiempo, siendo que también trabajó en áreas de seguridad a nivel federal durante los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón. Y si de algo se sabe del gobernador, es su obsesión y disciplina por la información y usarla cuando le conviene.
Al parecer el “H” no tenía problema alguno para placearse en la región sur. Son públicas las fotografías de su gimnasio de lujo, donde contrató hasta prensa para publicitar su inauguración. Tampoco se deja de lado que se le señala el haberse asociado con personajes del jet-set coatzacoalquense como la familia Chagra, con el millonario empresario transportista Ramón Ortiz Cisneros (cuya esposa era candidata a síndica por el PAN-PRD), o hasta con Fernando Yunes Márquez, hijo del gobernador.
Por cierto que en el caso de los Chagra se comenta que éstos huyeron de Coatzacoalcos luego del escándalo, pero el que sigue campante y tranquilo como si nada es Ramón Ortiz, quien anda apadrinando graduaciones en escuelas.
Al “H” no sólo se le atribuye que operara con toda impunidad e influencia en sexenios anteriores, sino también en el actual: hasta hace poco se dieron cuenta que el fiscal regional Ricardo Morales Carrasco recibía órdenes del “H” y lo “renunciaron”. Fue el mismísimo fiscal general del estado, Jorge Winckler Ortiz, quien nombró a Morales Carrasco el 23 de febrero de este año.
Otro hecho que no debe perderse es que Félix López Mora, delegado de Tránsito en Cosoleacaque, es amigo de Fernando Yunes Márquez, como lo constatan fotografías publicadas la semana pasada por el portal Versiones.com.mx. Sino amigo, por lo menos un personaje cercano con el cual se encontró varias veces al calor de las elecciones.
No hay que perder de vista tampoco el hecho de que Fernando estuvo en municipios del sur de Veracruz operando la elección a gobernador donde ganó su padre; incluso el día de los comicios fue detenido por policías en la entrada de Coatzacoalcos
A López Mora no lo hicieron candidato del PAN-PRD (donde el visto bueno de los candidatos lo tenía el entonces aspirante a gobernador Yunes Linares); el ex alcalde Román García Martínez fue finalmente el abanderado en Cosoleacaque, pero perdió la contienda ante el priista Cirilo Vázquez Parissi.
No obstante, se sabe que Félix López Mora, con el patrocinio y apoyo de Erasmo Vázquez González (medio hermano del extinto cacique Cirilo Vázquez Lagunes y otro personaje con serios señalamientos), fue uno de los operadores de la campaña del hoy gobernador en dicha región sur; en recompensa, tuvo nombramiento dentro de la estructura de la Secretaría de Seguridad Pública, de la cual depende Tránsito del Estado, y donde al titular Téllez Marié lo acusan de estar vinculado con Los Zetas, según los recados que le han dejado, grupo al cual supuestamente pertenece el “H”.
Es decir, el famoso “Comandante H” parecía tener todavía protección en la presente administración del “cambio”: con amigos en la Fiscalía y la Delegación de Tránsito de Cosoleacaque (y sepa la bola cuantos más estén incrustados en la estructura estatal); también con cercanía a Fernando Yunes Márquez, con quien departió en un evento posterior a las elecciones locales del 2016, ya cuando había ganado su padre la gubernatura.
El único pecado imperdonable del “H” fue precisamente el haber vengado a su amigo Bernardo; pero no por el hecho de haberlo ejecutado a uno de los participantes, sino que de paso el sicario (o sicarios) se llevaron entre las balas a una mujer y a cuatro niños inocentes.
Quizás nunca sabremos qué hubiese pasado si el “H” no hubiese cometido tal atrocidad. Que en vez de ejecutar a cuatro criaturas, sólo hubiese dado muerte al taxista y se acabó. Habría un “Comandante H” en las calles, en negocios, en los periódicos, paseándose con la misma impunidad, tomándose fotos con la clase política y hasta sentándose en comidas con el hijo del gobernador.
El único error fue el atroz asesinato de los niños. Una matanza brutal y sanguinaria. Algo que incluso entre las reglas antiguas no escritas no está permitido: ni mujeres, ni niños.
EPÍLOGO CORRUPTO: Que el nuevo contralor está muy ligado a esos casos de corrupción en PEMEX al principio del sexenio de Fox, por estar emparentado con miembros de la familia Saint Martín, de Coatzacoalcos. Estas denuncias tienen que ver con el cobro millonario de remediaciones en zonas de derrames de hidrocarburo y uno de los más fuertes denunciantes fue el empresario porteño Rafael Zarco Dunkerley.
EPÍLOGO XIQUEÑO: Será harto interesante ver cómo la libran en Xico en lo que serán las fiestas patronales de Santa María Magdalena. Las autoridades municipales y organizadores han insistido en que no habrá maltrato alguno a los toros y se celebrará un evento conocido como “Encierro y capea de toros de Lidia”, que sustituye a la “Xiqueñada”. En teoría, sólo podrán “torear” a los animalitos, pero no pegarles ni aventarles cosas. También se deberán registrar antes los participantes para conocer sus datos, tipo de sangre y contacto de emergencia por aquello de las moscas.