En Barranca Grande habitan alrededor de 300 personas que se han unido para defender los manantiales, pues precisan que se trata de la única fuente de agua limpia con la que cuentan. El poblado, al igual que Amatla,carece de drenaje sanitario y para evitar contaminar cada vivienda cuenta con su respectiva fosa séptica.
En caso de perder los manantiales, las afectaciones por la falta de agua serían para poblados de Ixhuacán de los Reyes, Jalcomulco, Ayahualulco, Cosautlán, Teocelo, Totutla, Apazapan y Tlaltetela, de acuerdo con Maura Hernández Colorado.
Durante una reunión entre habitantes de Barranca Grande y el presidente municipal Fortunato Ruiz Vargas, entre otras autoridades municipales, el alcalde presentó documentos oficiales para demostrar que la Conagua autorizó el proyecto tras comprobar que es viable, aunque no reveló detalles del costo del proyecto.
También sostuvo que no hay planta de tratamiento de aguas residuales porque se trata de una comunidad pequeña y que por eso se construiría un biodigestor para descargar aguas saneadas.
Según él, el proyecto tiene 20 años de antigüedad y en caso de que se impida o se frene su desarrollo los únicos afectados serían los habitantes de Amatla. Sin embargo, su versión no dejó convencidos a los habitantes, quienes dijeron que más adelante buscarían un acercamiento con la Conagua para tratar el tema.
Tras 14 años del deslave de un cerro que provocó la muerte de un adulto y de un menor al dejar bajo el lodo y rocas varias casas el 8 de septiembre de 2008, habitantes de Barranca Grande consideran que ya es tiempo de rehacer sus vidas en ese poblado.
Señalaron que en el 2010 fueron reubicados alrededor de 300 familias a la comunidad Xixitla, en donde crearon el poblado Barranca Nueva, a unos dos kilómetros de la entrada a Barranca Grande, con casas consideradas como desechables. Aún recuerdan el siniestro como si hubiera sido ayer y reiteraron que actualmente, desde su punto de vista, el cerro ya no es peligroso.
Durante este año se dedicaron a sembrar plantas de limón y de naranja con el afán de retomar la citricultura, además de que sembraron plantas nuevas de café.
Incluso, a partir de 2023, dijeron,realizarán los trámites necesarios ante la SEV para que nuevamente en Barranca Grande funcionen el jardín de niños, la primaria, la secundaria y el telebachillerato, que actualmente, al igual que la mayoría de casas pegadas al cerro, se encuentran abandonadas, dañadas y repletas de maleza.
Mientras tanto, en Barranca Nueva, las casas de tablaroca, láminas y cartón que en ese entonces les fueron donadas por Gobierno del Estado, han sido reconstruidas en su mayoría con ladrillos, block y cemento; algunas tienen incluso un segundo piso y hasta cochera.
Con información de: Diario de Xalapa