
De acuerdo con vecinos, el colapso fue por los trabajos realizados en la carretera federal Boca del Río–Alvarado, donde se instalaron nuevos tragatormentas

Desde hace dos semanas, Mary Cruz Acosta solo ha visto como su casa colapsa poco a poco por un socavón que se formó en el terreno donde está construido, después de las lluvias de los últimos días y –afirma la mujer- por el desvío de las corrientes pluviales a causa de obras que se realizan en la carretera Boca del Río – Antón Lizardo, en la zona de la Riviera Veracruzana.
La casa de Mary Cruz se encuentra construida en el fraccionamiento Las Higueras. El desastre, ocasionado por un socavón que se abrió después de una fuerte tormenta en septiembre pasado, dejó inhabitable su vivienda y evidenció las fallas en las obras de drenaje de la zona.
“Regresé y ya no había casa, parecía que había pasado un huracán adentro”, relata, aún conmocionada por lo ocurrido. Según lo que comparte, había salido con su familia durante la tormenta y al volver se encontró con un panorama devastador: paredes agrietadas, electrodomésticos destruidos y puertas arrancadas de su lugar.
La afectada cuenta que adquirió su vivienda hace tres años con la esperanza de establecerse definitivamente en el fraccionamiento, pero hoy no tiene dónde vivir. “Uno de mis hijos que vive fuera iba a venir a vivir conmigo. Ya teníamos planes familiares y ahora resulta que ya no tenemos casa. Todo quedó perdido”, lamenta.
Mary Cruz asegura que además de los daños en su domicilio, una de las viviendas de al lado también se encuentra en riesgo, ya que las lluvias que han seguido siguen haciendo más grande el socavón en el que se hundió su casa.
De acuerdo con la versión de los vecinos, el colapso fue consecuencia directa de los trabajos realizados en la carretera federal Boca del Río–Alvarado, donde se instalaron nuevos tragatormentas.
Sin embargo, el sistema pluvial no funcionó correctamente, provocando que el agua se acumulara detrás de las viviendas del fraccionamiento.
“Detrás de la barda hay un manglar que ni siquiera sabíamos que existía. Con la tormenta, el agua se desbordó y entró con fuerza por mi casa, rompiendo cristales, arrancando puertas y dañando todo”, explica Mari Cruz.
El socavón creció rápidamente, dejando su vivienda suspendida sobre un terreno fracturado. “Estamos en el aire porque el piso se ha ido quebrando poco a poco. Mi casa se cayó, pero la de mi vecina ya tiene grietas. El hoyo sigue creciendo con cada lluvia”, señala.
Los vecinos aseguran que el terreno presenta riesgo de derrumbe y que las filtraciones continúan erosionando el subsuelo. A pesar de la gravedad, las autoridades municipales no han emprendido acciones de rescate ni de reparación.
Protección Civil vino, pero no ayudó.
Mary Cruz comparte que Protección Civil de Alvarado acudió el mismo día del incidente, pero su respuesta fue insuficiente, ya que no consideraron que se trate de una persona de algún grupo vulnerable y desestimaron brindar ayuda.
Sin embargo, cuenta que es la destrucción de su casa la ha dejado con graves problemas económicos y actualmente depende exclusivamente del apoyo de su familia y desde hace dos semanas es una desplazada de su casa.
“Vinieron a tomar fotos y se fueron. Para ellos, no somos personas vulnerables. Si me hubiera quedado sepultada, no hubiera pasado nada, según ellos”, critica.
Ante la falta de respuesta oficial, los habitantes del fraccionamiento se organizaron en una asociación civil para gestionar ayuda ante el Gobierno del Estado y exigir responsabilidades a los desarrolladores y al ayuntamiento.
Mary Cruz contrató a un perito independiente, quien determinó que el daño se produjo por una acumulación progresiva de agua durante varios días. La presión del líquido reblandeció el terreno hasta provocar el hundimiento.
Sin embargo, no cuenta con un seguro de vivienda, por lo que enfrenta una situación económica crítica. “No sé cómo voy a levantar otra casa. Estoy pidiendo asesoría legal y técnica, pero todo cuesta y nadie me da respuesta”, lamenta.
El fraccionamiento Las Higueras, uno de los desarrollos habitacionales recientes de Alvarado, ahora enfrenta riesgo estructural y de colapso en varias de sus viviendas. El socavón continúa ampliándose debido a las lluvias recurrentes en la Riviera Veracruzana.
Con información de: Lsr Veracruz


