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El frío reseca nuestra piel porque debilita su barrera natural.
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Si descuidamos nuestra dermis no solo aumentará la sequedad, sino que pueden aparecer otras afecciones como eccemas o psoriasis.
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Te ofrecemos tres consejos infalibles para que tu piel no sufra este invierno.
El frío hace que se “debilite la función barrera y se reseque nuestra piel”, dice la dermatóloga Cristina Eguren, directora médica de Clínica Eguren y miembro de la AEDV (Academia Española de Dermatología y Venereología).
En invierno es frecuente que surjan distintos problemas derivados del frío, siendo el principal la sequedad de la piel, pero también la aparición o empeoramiento de eccemas, psoriasis u otras afecciones. En algunas ocasiones también pueden aparecer sabañones (una inflamación de los vasos sanguíneos por el frío) “aunque son menos frecuentes que antiguamente, pues tenemos mejores medios de calefacción”, explica la doctora Eguren.
Si nuestra piel tiene tendencia a ser seca y empeora en invierno, hay algunos remedios que podemos poner en práctica para cuidar y mantener hidratada nuestra piel. “La prevención es especialmente importante en pacientes que tengan afecciones como dermatitis atópica, que les predispone a tener la piel más seca”, matiza Eguren. Te ofrecemos 3 consejos infalibles:
Abrigarse de forma adecuada
El aire frío del invierno es el principal causante de la sequedad cutánea. Por ello, es imprescindible proteger nuestra piel de forma adecuada de los agentes climatológicos. Debemos procurar abrigarnos bien el cuerpo, pero también la cara y las manos con gorros, bufandas y guantes.
Utilizar ropa de abrigo, además de prevenir la sequedad de la piel, también puede ayudar a que nos libremos de algún que otro catarro.
Por otro lado, es conveniente utilizar ropa holgada que permita que la piel transpire y, si es posible, de tejidos naturales.