Reseña de la feria de Santiago Tuxtla Veracruz.

Reseña de la feria de Santiago Tuxtla Veracruz.

Santiago Tuxtla, Ver.-|
Por Octavio Ponce Cadena|
Es sábado al atardecer; se celebra el día del señor Santiago Apóstol y es por ello que Santiago Tuxtla Veracruz, la ciudad colonial, se vuelve el centro neurálgico de los Tuxtlas, Inicia la procesión y la cabalgata y la marea humana, se aglutina para observarla.
A lo lejos  se ve el humo de los puestos de garnachas y empanadas, mezclado con el intense reflejo del sol cobrizo y el color nacarado y ocre ladrillo de sus edificios.
El esplendor de la imagen de la feria de Santiago tradicional, surge como una postal.
La orgia de sonidos, colores, olores, sabores y visiones me envuelven.
Las jaranas, el entarimado y el zapateado, se van escuchando poco a poco, con clara nitidez, hasta la estridencia total en el acercamiento a la plaza Cervantina y su choza cultural. Las primeras luces centellantes empiezan a encenderse, el teatro del pueblo se llena de esplendor musical, el parque Olmeca y su quiosco se llena de payasos, contadores de sueños y puestos de fantasías, bebidas, golosinas y remedies para todos los males.
El Xoxogo acompañado de jugo cítrico y las tradicionales garnachas, acarician mi sentido del olfato, a lo lejos el recinto ferial luce majestuoso envuelto entre sonidos de  norteña banda y murmullos de voces juveniles, y su oscuro, sinuoso y denso camino.
La algarabía de la feria de Santiago Tuxtla, me obliga a pasear lentamente sin la esclavitud del horario, siguiendo la mudable inspiración del gentío; soy un pasajero en un mundo móvil y errático adaptado al ritmo de jaranas, tambores y zapateados.
Es medianoche y se encienden los juegos pirotécnicos frente a la iglesia, al finalizar, emprendo de nuevo mis pasos hacia la plaza cervantina donde los jaraneros siguen la fiesta y exclaman:¡¨nos vamos hasta el amanecer!. Me dirijo hacia la carretera y abordo un taxi colectivo y me acompañan una señora y dos jóvenes, uno de ellos se queja amargamente, pues se equivocó de estación del autobús, por lo cual tendrá que caminar hasta Ohuilapan, mientras el otro joven lo Consuela con un dejo de sabiduría y filosofía pueblerina, le cita proverbios y párrafos de obras literarias de autores celebres; así llego al centro de San Andrés Tuxtla, donde me envuelve el silencio de la noche, camino hacia mi casa, recordando todo lo vivido en la feria de Santiago Tuxtla y como dice una canción que escuche en algún lugar:
“Camino lentamente, me bebo un suspiro y enciendo un recuerdo y me lo voy fumando”
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