Rodrigo ¡a la chingada!

Rodrigo ¡a la chingada!

Rodrigo Montoya Rivera, aún ayer secretario privado del alcalde Américo Zúñiga Martínez, se separó del cargo. Siendo prácticos, no pidió “licencia” (como ponen en las redes sociales). Le dan “luz verde” para que se lance al vacío político-electoral… ¡con paracaídas!
Para nadie es un secreto que Rodrigo Montoya aspira a ser candidato a diputado por Xalapa y sus alrededores.
¿Criticable?
No lo creo…
Al final, sea joven o viejo, el político no tiene ninguna otra fijación que la de “Ser”, como es “Ser diputado”, “Ser presidente municipal”, “ser Gobernador”, etcétera.
Claro, también debe haber en los políticos, ese espíritu que arropa al otro “Ser”: “Ser…vir”. Sí, me refiero a ese raro ser que gusta de servir a su sociedad, a su gente…
Y para rematar, tenemos el clásico, el que hizo de la política el arte de “Ser…virse”, fuera con la cuchara grande o a dos manos…
Son los que más fácilmente se exhiben, con residencias en zonas exclusivas de su ciudad (en el caso de Xalapa, sería Monte Magno), con vehículos de lujo, comiendo en restaurantes caros, por decir lo menos.
Rodrigo, el de la Chaviza Revolucionaria que conocí cuando tenía 16 años (él, no yo), a sus 24 años entra al terreno de las grandes ligas políticas ya sólo con la pretensión de “Ser” candidato.
Baste esa pretensión de “Ser” para “ser” sujeto de crítica, mas no de crédito.
¿Por qué?
Bueno, porque quizás las circunstancias que rodean hoy al político, están más propensas a ser objeto de rencores, resentimientos sociales, cuestionamientos. Creer en los jóvenes que buscan ser políticos, hasta el mismo Ricardo Ahued lo rechaza. ¿Recuerdan su frase?: “Si a los políticos de antaño se les criticaba por la destrucción de la nación, vean ahora cómo andan los políticos chavos buscando un hueso y a ver qué se roban y logran con facilidad”.
Pero eso no es una desventaja exclusiva de Rodrigo Montoya, sino de todos los jóvenes con aspiraciones a un cargo… o simplemente a hacer política.
Y es que a Montoya se le critica de todo… yo, por ejemplo, le criticaba sus dientes. ¡Y se puso “braquets”! En lo particular, me dio gusto, porque quizás muchos jóvenes o viejos políticos, me hubieran mandado a la chingada con mi observación… él no (al menos no verbalmente… ¿mentalmente?).
A Montoya hubo una ocasión que le criticaron tener el cargo que tenía (secretario privado del alcalde), por su madre… ¿sabe quién es “su madre”, de acuerdo a su crítico? ¡Martha Montoya Barradas!
A Montoya igual le critican que entregue diversos apoyos en colonias a nombre del alcalde Américo Zúñiga Martínez… ¿por qué tiene que hacerlo él? Bueno, eso es una pregunta que realmente tendrían que hacerla al edil… él sólo ejecuta una instrucción de trabajo… ¡No maten al mensajero!
A Montoya igual le critican su columna “Ideas”… bueno, igual yo, cuando habla de lo chingón que es su jefe… pero, pues al final, no deja de ser su opinión y tan respetable como la de quien critica ¡hasta los juguetes que regaló por Día de Reyes!
Rodrigo es soltero. Renta un departamento (aún no le da para comprar en Monte Magno). Tiene novia, espero no cometer un adulterio involuntario, pero si no mal recuerdo, se llama Ximena, con “Equis” de Xalapa. Entonces, lo que bien gana (ba) como secretario privado de Américo Zúñiga, de vez en cuando invertía para hacer su “chamba aspiracional”, como entregar juguetes. Ganan los niños y él gana simpatías. Hasta el momento, ello no deja de ser una de las tantas fórmulas (válida o no, depende de cada persona) para acercarse a la gente.
Me decía una ocasión Rodrigo Montoya que los fines de semana, cuando no disponía de otra cosa el alcalde, iba a las colonias y congregaciones a hacer labor política, pues aspiraciones siempre ha tenido. Asegura que no promete nada, pero sí se compromete a gestionar y de ser posible, él mismo junto con un comité vecinal, se apersona para un trámite. A veces, funciona, pero otras, incluso, ¡hasta a él lo han mandado a la chingada! a la hora de enfrentarse a la burocracia.
La licencia de Montoya Rivera puede ser para muchos una pretensión de un joven de 24 años que “se siente político”. Para otros, saben que Rodrigo no da paso sin huarache… y mucho menos Américo… Porque si Rodrigo va, la pregunta que deberíamos hacernos es, entonces… ¿quién se queda? ¿El regidor Rogelio Álvarez o el director del DIF Adolfo Toss? Pues al final, quien tiene el control político del municipio no deja de ser Américo.
 
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