Pareciera que ser gobernador interino es de mala suerte en Veracruz, aunque la detención de Flavino Ríos Alvarado causó reacciones que sorprendieron.
En primera, porque líderes de opinión (incluso con líneas editoriales diferentes) coincidieron –palabras más, palabras menos– en que la detención de Flavino fue arbitraria y el hoy ex gobernador interino es un preso político.
Segundo: que a diferencia de quienes le operan los fanáticos virtuales del gobernador, también existe la percepción general de que esto no es más que una “caja china”; otro distractor con mucha resonancia que, a tres meses del gobierno de Yunes Linares, ya no se traga tan fácilmente una población ansiosa de resultados en materia de seguridad, salud, empleo y otros rubros.
Otra coincidencia circulando entre abogados, políticos y hasta periodistas, es que habría otra carta bajo la manga del gobernador Yunes para continuar con los circos mediáticos en caso de que tenga que recurrir a otra distracción. Mencionaron en Pacho Viejo a la ex coordinadora de Comunicación Social, Gina Domínguez Colío. Incluso se comenta que podría ser Duarte de Ochoa, quien capitalizaría de inmediato Yunes Linares en Veracruz como promesa de campaña y triunfo de su administración.
Otro comentario recurrente fue que Flavino no es Duarte, y la prueba está en las muestras de apoyo de periodistas y políticos al istmeño. Quizás Yunes Linares no ha medido ni calculado este nuevo golpe, ya que la extensa carrera política y de servicio público de Ríos Alvarado no tiene nada qué ver con el ascenso meteórico de Javier, quien se convirtió en el gobernador más joven de Veracruz por capricho del ex gobernador Fidel Herrera.
LA HISTORIA SE REPITE: DANTE Y FLAVINO
El primero de los veracruzanos en dar un manotazo fuerte y un señalamiento a las acciones políticas en contra de Flavino Ríos Alvarado, fue otro ex gobernador interino: Dante Delgado Rannauro (por el periodo 1988-1992), quien –vía Twitter– espetó: “Aberración jurídica la detención de Flavino Ríos. En lugar de gobernar Yunes prefiere circo y actos de pirotecnia. Cortado por misma tijera”.
Dante fue un ex mandatario estatal que sufrió en carne propia la cárcel de Pacho Viejo, cuya detención fue ejecutada en 1996 por Miguel Ángel Yunes Linares, entonces secretario de Gobierno con Patricio Chirinos Calero. Su encarcelamiento fue por los delitos de enriquecimiento inexplicable, tráfico de influencias, peculado y corrupción.
Hay que poner en claro el contexto histórico: a mediados de los años noventa, la oposición era prácticamente inexistente en toda la entidad veracruzana. El PAN y PRD estaban en etapa de crecimiento en Veracruz. El todopoderoso era el Partido Revolucionario Institucional (PRI), donde el Presidente de la República era el ser absoluto, impoluto, omnipresente, omnisciente e infalible. En ese entonces, gobernaba el país Ernesto Zedillo Ponce de León y todos los actores que se mencionan en esta columna eran priistas.
Dante alguna vez reveló que su detención obedeció a un diferendo que tuvo con el presidente Zedillo, porque “tuvo discrepancias sobre la estrategia a seguir para encarar el problema social del conflicto en Chiapas, entidad en la que desempeñó su último cargo en la administración pública federal”, según narra una nota de La Jornada, del 18 de diciembre de 1996. Se refería al movimiento armado de los zapatistas.
Su detención se llevó a cabo precisamente en esos días. Los analistas de la época contaban que la renuncia de Dante al PRI y su posterior intención de fundar un partido (Convergencia por la Democracia, luego Movimiento Ciudadano), fueron otras de las razones por las cuales Dante se echó encima todo el poder del sistema del PRI-Gobierno encima.
Dante, curiosamente, poco antes de salir de la gubernatura interina en 1992, detuvo a César del Ángel Fuentes, líder de los 400 Pueblos, para entregarle un estado en paz y calma al gobernador electo Patricio Chirinos Calero y a su secretario de Gobierno, Miguel Ángel Yunes Linares. Hoy, en 2017, César del Ángel también está detenido, pero por Yunes.
Visitantes distinguidos en la cárcel de Pacho Viejo para ver a Dante Delgado, según cuentan testigos de esa época (tenga en cuenta que en esos años, este autor era un escuincle) fueron Héctor Yunes Landa y Flavino Ríos Alvarado.
Hoy Héctor es senador, Yunes Linares es gobernador, Dante es el dirigente nacional del partido Movimiento Ciudadano y Flavino está en Pacho Viejo.
Meses después del encarcelamiento de Dante en 1996, Yunes Linares decide dejar la Secretaría de Gobierno e irse de dirigente estatal del PRI para encabezar la campaña electoral “100 días, Va Derecho” del tricolor en 1997, que finalmente se convirtió en la derrota histórica del Revolucionario Institucional en Veracruz al ganar varias posiciones el PRD y PAN en el estado. Una derrota que Yunes Linares tuvo que digerir.
Hoy, los 100 Días de los que se hablan son sobre la administración de Yunes Linares, un número cabalístico en la política con lo cual se evalúa el primer trimestre del gobernante en turno.
Pues bien, estos primeros 100 días, de acuerdo a analistas políticos, sería otro trago amargo para engullir el gobernador, porque todo el panorama coincidía en que tendría voces en contra sobre el actuar de su gobierno, los problemas de seguridad que se han convertido en su talón de Aquiles, los conflictos financieros a los que se enfrenta y no ha podido resolver, entre otras cosas.
De Seguridad y Finanzas, por ejemplo, ya hay rumores muy fuertes de que no tardan en renunciar sus titulares Jaime Téllez Marié y Clementina Guerrero García, por las presiones públicas e internas… y también porque se habla de afectaciones en su salud.
EFECTOS A LA INVERSA; ¿MORENA SE FORTALECE MÁS?
La detención y encarcelamiento de Dante Delgado en 1996 se dio en el marco de poner un ejemplo de disciplina del partido/sistema: nadie jodía con el presidente ni el PRI.
Flavino, se supone, es una forma de justicia, como un mensaje para todos los demás cómplices del prófugo ex gobernador Javier Duarte de Ochoa… Y decimos “se supone” porque a todas luces están actores más cercanos al gober prófugo que no han sido tocados por el pétalo de una denuncia, como los diputados locales Del Castillo y Benítez. Ya ni se diga de los federales Carvallo, Lagos, Spinoso, Silva y anexas, de quienes se dice que ya negociaron para apoyar económicamente las campañas de los hijos de Yunes a próximos cargos de elección popular.
O sea, supuestamente encarcela Yunes Linares a cómplices de Duarte, pero a otros los hace candidatos a alcalde, como ocurrió en Pánuco con el ex contralor Ricardo García Guzmán… No, pos chida tu justicia.
A la salida de la cárcel de Pacho Viejo porque sus delitos prescribieron, la historia hizo ver que Dante Delgado salió fortalecido, fundó su partido y hoy es un actor político de relevancia nacional (además de ser un hombre con una fortuna inmensa). El efecto que causó su encarcelamiento, al contrario de someter a los priistas, parece haber generado un efecto a la inversa, pues fueron varios los que se unieron en contra de lo que parecía una arbitrariedad dirigida desde Los Pinos, por ese centralismo que hoy también se vive con Peña Nieto.
¿Será que este efecto también se repita con Flavino Ríos? Por las reacciones inesperadas mencionadas al principio de esta columna pareciera que sí, aunque Flavino no ha expresado intenciones de fundar otro partido o renunciar al PRI.
Pero además, el abandono de Los Pinos a los priistas de Veracruz, el rechazo del dirigente nacional Enrique Ochoa (quien tacha sin miramientos a todos los actores del tricolor importantes en Veracruz como cómplices de Duarte), podrían llevar a que actores y militantes del PRI se sumen a apoyar otras fuerzas políticas independientes o incluso de partidos fuertes como MORENA, quienes son el enemigo a vencer en las próximas elecciones del 4 de junio. Una derrota que Peña y Ochoa tendrán que tragarse.
Que en el caso Flavino, la no intervención del presidente Peña Nieto, del secretario Osorio Chong, del dirigente partidista Enrique Ochoa, además de la tibieza con la que los senadores priistas veracruzanos salieron a “defender” al ex mandatario interino (súmense los diputados federales que sí son Duartistas y se hicieron pendejos), el resultado a mediano plazo sin duda podría ser contraproducente para el mismo PRI, cuya militancia está harta del centralismo del Altiplano y también de Xalapa.
En resumen, la detención de Flavino Ríos sonó más a una venganza perversa y una “caja china pal chino” (como apodan al ex gober en Xalapa) ante los pobres resultados del gobierno de Yunes Linares.
Que tampoco fue exactamente un triunfo de la justicia, porque a muchos Duartistas que sí se fueron cabezones y se hicieron millonarios en la última década, Yunes Linares sólo les dedica la vista gorda.
EPÍLOGO: Que a Flavino Ríos tiene al menos un par de semanas que le retiraron la escolta oficial a la que tiene derecho como ex mandatario. Literalmente andaba sólo y su alma en estos días.
EPÍLOGO DOS: Que el presidente del Consejo Estatal del PRD, Aníbal Payán, amiguísimo del diputado local, Sergio Rodríguez Cortés, ebrio encabezó los trabajos para la instalación del quórum del citado órgano interno y tomar acuerdos para el proceso comicial que se avecina y donde se renovarán las 212 presidencias municipales. Deberían tener asesores de Alcohólicos Anónimos, porque ya se les está haciendo costumbre.