Esta mañana se informó que el sicario habría sido encontrado en Sinaloa sin vida
Esta mañana la Fiscalía General del Estado confirmó que en esta entidad fue localizado sin vida José Noriel Portillo Gil, alias “El Chueco”, presunto asesino de dos sacerdotes jesuitas y dos civiles en la comunidad de Cerocahui, del municipio de Urique, informaron fuentes estatales.
Sin dar más detalles, de si se trató de un enfrentamiento o el sitio exacto donde murió el líder criminal, se indicó que se trataba de él y que tendría alrededor de 24 horas de haber fallecido en la región limítrofe entre este estado y Chihuahua.
El fiscal César Jáuregui Moreno ofrecerá una rueda de prensa en unas horas y se espera que proporcione mayor información sobre el deceso.
De acuerdo con estos datos, el sicario habría sido encontrado en Sinaloa, a meses de haber escapado de la comunidad de Urique. Se prevé que en las próximas horas las autoridades den a conocer si el criminal fue hallado tal y como dicen los reportes no oficiales.
El trascendido indica que el cadáver del supuesto criminal habría sido hallado el pasado 18 de marzo en un camino de terracería, en el lugar se encontraron también varios casquillos de bala, aunque habría sido asesinado con un solo disparo.
Las autoridades han estado en búsqueda de esta persona desde hace nueve meses, fecha en la que asesinó a Pedro Palma, un guía de turistas que trabajaba en la zona, así como a los párrocos Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar.
La comunidad de Urique se cimbró el pasado 20 de junio con una persecución que acabó en la parroquia jesuita de Cerocahui. La víctima era Pedro Palma, su perseguidor José Noriel Portillo. Justo cuando se disponía a acabar con el perseguido, a quien había golpeado en varias ocasiones, los sacerdotes salieron a tratar de convencer al criminal de parar su agresión.
Sin embargo, este no hizo caso a la solicitud y disparó en contra del guía de turistas. Para evitar dejar cabos sueltos, también acabó con Javier y Joaquín. Según la línea de investigación más sólida de la Fiscalía local, tras haber cometido el delito, «El Chueco» se llevó los cadáveres de las víctimas a bordo de una camioneta.
Pasaron dos días para que se encontrarán los cuerpos de los sacerdotes y de Pedro dos días después, gracias a una intensa búsqueda que se realizó en el lugar. Tras esto, los tres fueron despedidos por amigos y por familiares.
Javier, «El Pato» Ávila, otro de los sacerdotes que oficiaba misa en la iglesia, es el principal testigo de los hechos e incluso narró a unos días de la tragedia que estuvo platicando con el capo durante más de una hora. La charla comenzó unos segundos después de los homicidios, pero el párroco no pudo hacer nada para evitar que se llevaran a sus compañeros caídos.
Según el clérigo, Noriel Portillo le habría pedido perdón por haber asesinado a sus colegas. La incógnita que aún queda para Ávila es la razón por la cual no fue asesinado junto con los demás.
Desde entonces, las autoridades de Chihuahua han buscado al sicario e incluso dispusieron de una recompensa de cinco millones de pesos para quien diera informes que permitiera su captura.
«El Chueco» es un delincuente buscado por las autoridades desde 2018. Se le atribuye el asesinato del turista Patrick Braxton-Andrews. Se cree que ejercía un control criminal en la zona, el cual había desencadenado también en el homicidio de varios activistas en la sierra.
Se le ha ligado a un grupo criminal llamado Gente Nueva, del cual presuntamente era el líder. Esta agrupación sería un brazo armado del Cártel de Sinaloa. Ha sido uno de los objetos más difíciles de atrapar para la justicia, ya que aunque tiene varias órdenes de aprehensión no se ha logrado detenerlo, por lo que se especula que tuvo o tiene complicidades con algunos uniformados.
Con información de: El Heraldo de México