Funcionarios de la iglesia esperan que Notre-Dame abra para celebrar misa en 2024, cuando París tiene previsto ser anfitrión de los Juegos Olímpicos.
Trabajadores comenzaron el lunes la delicada y riesgosa tarea de desmantelar 200 toneladas de andamios calcinados y doblados que quedaron alrededor de la catedral de Notre-Dame de París después del incendio del año pasado.
Los andamios habían sido colocados por trabajos de renovación en la antigua aguja de la catedral antes del incendio que la envolvió el 15 de abril de 2019, destruyendo la aguja y el techo en un desastre que conmovió al país.
La operación, demorada desde mediados de marzo debido a la pandemia del nuevo coronavirus y la subsiguiente cuarentena, es un paso importante en la restauración de la catedral, que el presidente francés Emmanuel Macron prometió reconstruir en el plazo de cinco años.
Dos equipos de cinco trabajadores usarán cuerdas y arneses para quitar los postes de metal ahora enredados. Estarán equipados también con sierras para cortar las 40,000 piezas de andamio.
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Una grúa de 84 metros de altura luego bajará las piezas al suelo.
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El lunes, trabajadores con cascos y mascarillas faciales instalaron las redes de seguridad finales.
“Es el último chequeo antes de la cirugía a corazón abierto. Los trabajadores de la cuerda se balancearán de tubo a tubo para cortar el andamio”, dijo a Reuters Christophe-Charles Rousselot, de la Fundación Notre-Dame, a Reuters.
“Es una operación extremadamente complicada, que ha sido preparada durante meses”, dijo y agregó que tomará todo el verano boreal en completarse.
Los principales campanarios, las paredes exteriores y gran parte del techo abovedado de la catedral sobrevivieron al incendio, junto con reliquias religiosas y obras de arte alojadas en su interior.