Magdaleno Pérez Santes, padre buscador, falleció tras ser presuntamente golpeado por policías municipales de Poza Rica.
Magdaleno Pérez Santes, padre buscador, falleció el martes 11 de marzo, presuntamente a causa de una golpiza propinada por elementos de la Policía Municipal de Poza Rica, en la zona norte de Veracruz.
El hombre de 41 años fue detenido el lunes 10 de marzo mientras realizaba trámites personales en Poza Rica, a pesar de ser originario de la comunidad de Tres Cruces, de municipio papantleco.
De acuerdo con su familia, Magdaleno regresó a casa tras la detención y denunció haber sido golpeado por los agentes, quejándose de dolores en la espalda y la cabeza. Sin embargo, horas después perdió la vida en su domicilio, por lo que sus allegados atribuyen su fallecimiento a la agresión.
Ante esta situación, los familiares de Magdaleno han exigido que se investigue a fondo lo ocurrido, especialmente las razones de su detención y la violencia ejercida en su contra.
Al lugar acudió personal del Servicio Médico Forense (Semefo) para determinar la causa de la muerte e iniciar la correspondiente investigación, con el fin de esclarecer los hechos y deslindar responsabilidades.
Magdaleno Pérez Santes era parte del colectivo de búsqueda «María Herrera» en Poza Rica. Desde noviembre de 2019, buscaba a su hija Diana Paloma Pérez Vargas, quien desapareció a los 16 años mientras se dirigía a la escuela.
Diana era estudiante de tercer semestre de Contabilidad en el turno vespertino del CBTIS No. 78, ubicado en la colonia Tamaulipas, Poza Rica. La última vez que fue vista, su madre la dejó en la parada de taxis en Papantla, alrededor de las 13:00 horas del 22 de noviembre de 2019, con destino al plantel educativo. Nunca llegó a la escuela.
Su familia no supo de su desaparición hasta las 23:00 horas, cuando notaron que no había regresado a casa, ubicada en Tres Cruces, Papantla. Desde entonces, emprendieron una intensa búsqueda a través de redes sociales, pidiendo apoyo ciudadano para dar con su paradero.
Magdaleno Pérez se unió al colectivo «María Herrera» para participar en jornadas de búsqueda, difundir información y exigir avances en las investigaciones.
Ahora, su muerte suma un nuevo capítulo de impunidad en un país donde los padres buscadores enfrentan riesgos y violencia, simplemente por exigir justicia y verdad.
Con información de: El Heraldo de México