Los alimentos y los malos hábitos higiénico-dietéticos pueden ocasionar problemas serios como úlcera péptica, que erosiona el revestimiento del estómago o el duodeno por la acción del ácido de los jugos digestivos del estómago, señala un estudio.
Las úlceras pépticas pueden producirse también por una infección de una bacteria llamada Helicobacter pylori o por el uso de fármacos que debilitan el revestimiento del estómago o del duodeno, el malestar causado por las úlceras tiende a ser intermitente y se caracteriza por el dolor de estómago.
Además tienden a cicatrizar y volver a aparecer, por lo tanto, el dolor puede aparecer durante días o semanas y luego puede disminuir o desaparecer. La mayoría de las úlceras se resuelven sin complicaciones, sin embargo, en algunos casos pueden ocasionar complicaciones, de acuerdo con el Manual de Merck de Información Médica General.
Entre las complicaciones se encuentra la penetración, una úlcera que puede traspasar la pared muscular del estómago o del duodeno y continuar hacia un órgano adyacente como el hígado o el páncreas, causando dolor intenso, punzante y persistente, por lo que puede ser necesaria la cirugía.
Otro tipo de úlceras se presentan en la cara anterior del duodeno o menos frecuentemente del estómago, pueden traspasar la pared creando una abertura o una perforación hacia el espacio libre de la cavidad abdominal.
El dolor resultante es repentino, intenso y constante, además irradia rápidamente todo el abdomen, la persona puede sentir dolor en uno o ambos hombros, que puede acentuarse con la respiración profunda.
Los cambios de posición empeoran el dolor, por lo que, con frecuencia la persona intenta quedarse muy quieta. El dolor es más intenso en la zona del abdomen y empeora cuando el médico presiona y luego de repente libera la presión. Esta situación requiere cirugía inmediata así como la administración de antibióticos por vía intravenosa.
En la de tipo hemorragica la pérdida de sangre es una complicación frecuente, incluso cuando no son dolorosas. Los síntomas son vómito de sangre y la presencia de heces negras o con sangre, mientras que los tratamientos consisten en tomar fármacos, pero en los casos más graves, la persona recibe líquidos por vía intravenosa y permanece en ayunas, para mantener el tracto digestivo en reposo.
En otros casos se inflaman los tejidos alrededor de una úlcera o la cicatrización de brotes ulcerosas previos pueden estrechar la salida del estómago o del duodeno. Una persona con este tipo de obstrucción presenta vómito de forma repetida, regurgitando grandes volúmenes de los alimentos ingeridos varias horas antes.
Con el tiempo los vómitos pueden producir pérdida de peso, deshidratación y desequilibrio de elementos químicos corporales. El tratamiento de las úlceras alivia la obstrucción en la mayoría de los casos, pero los casos más graves requieren de una endoscopia o cirugía.
En tanto, las personas con úlceras causadas por Helicobacter pylori, tienen de tres a seis veces más probabilidades de desarrollar cáncer de estómago al cabo de los años.
Para ayudar al diagnóstico de las úlceras y determinar su causa, el médico puede realizar una endoscopia que es un procedimiento en el que se utiliza un tubo flexible de visualización o también utiliza radiografías con bario, que es la toma de radiografías después de ingerir una sustancia que dibuja el contorno del tubo digestivo.