El presidente subrayó que la asistencia a la marcha es muestra de que ‘si se atiende al pueblo, la gente responde’.
De entre todos los regalos que recibió en la marcha hacia el Zócalo, el presidente Andrés Manuel López Obrador resaltó uno que se volvió a repetir más de 20 años después.
El titular del Ejecutivo recordó que cuando hizo campaña para las elecciones de la Jefatura de Gobierno en el 2000, una persona se le acercó en un evento en la alcaldía Venustiano Carranza y le dio un ‘peculiar’ regalo: un gallo.
“Me llevé el gallo y vivíamos en Copilco, en un departamento. Llegué y ya estaban todos dormidos y dije ‘¿dónde pongo el gallo?’ y lo puse en el baño de la sala. A las 6 de la mañana, empieza a cantar y se despiertan todos”, explicó.
López Obrador afirmó que esa misma persona (”él que era jovencito y ahora ya está grande”) le volvió a hacer el mismo regalo en su camino hacia el Zócalo.
Sobre los problemas que vivió para abrirse paso en la marcha, el presidente López Obrador afirmó que es algo a lo que está acostumbrado pues lo vive en sus visitas de fin de semana a los estados.
“Entonces hubo mucho cariño, mucho afecto, llantos, besos, abrazos, bendiciones, deseos de que nos vaya bien; panes y tamales”, contó.
De acuerdo con las autoridades de la Ciudad de México, 1.2 millones de personas asistieron a la convocatoria del presidente López Obrador para la manifestación con motivo de los cuatro años del inicio de su Gobierno, que se cumplen el próximo 1 de diciembre.
En el Zócalo, el mandatario nombró su política como ‘humanismo mexicano’.
“En lo político no aceptamos el derrotismo. En la democracia, consideramos básico actuar como el presidente Francisco I. Madero que en el Plan de San Luis llamó a tomar las armas contra la dictadura porfirista, porque México estaba gobernado por una tiranía”, dijo.
Con información de. El Financiero