By - Más del diez por ciento de la población total, rebasa los 60 años.
San Andrés Tuxtla, Ver |
Por Sulamita Pólito Marcial |
Tal como lo expresa la Organización Mundial de la Salud (OMS), “el envejecimiento de la población es uno de los mayores triunfos de la humanidad y también uno de nuestros mayores desafíos”.
De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda en el año 2010 y publicado por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), en el estado de Veracruz, el 10.57 por ciento del total de la población correspondía a adultos de 60 años y más.
Aunque de acuerdo a datos más recientes, según la información de la Encuesta Intercensal 2015, en México había 12.4 millones de personas de 60 y más años, lo que representaba 10.4% de la población total.
Cabe señalar que el 88. 1 por ciento de la población de 60 y más años formaban parte de un hogar familiar, mientras que 11.1 por ciento formaban hogares unipersonales.
Ante lo anterior, aunque en el municipio de San Andrés Tuxtla no se tienen cifras exactas del porcentaje que ocupan los adultos mayores, a diario se les observa por las banquetas, calles y parque de esta ciudad ya sea por abandono de sus familiares o necesidades económicas, los adultos mayores encuentran refugio y compañía en la vía pública.
Ya sea tocando algún instrumento musical, vendiendo dulces o exclusivamente pidiendo apoyo económico (limosnas) a las personas que transitar a su alrededor, los abuelitos conviertan esas actividades en una rutina diaria. Es necesario aprender a ver al anciano que se sitúa en las calles, como sujeto que posee características individuales y no un objeto pasivo de caridad y asistencia social.
La monotonía invade la ciudad, sin distracción para el esparcimiento sano de las personas mayores, quienes son el pilar de todas las familias, adultos mayores que probablemente dieron su juventud al arduo trabajo para dar una mejor calidad de vida a sus hijos, quienes ahora se desobligan de ellos, abandonándolos, rechazándolos en casa hasta hacerlos sentir como un estorbo, desagradable, lamentable situación, pero triste realidad en muchas familias.
Ante esto, surge una necesaria reflexión ciudadana del replanteamiento de los valores humanos respecto a la inequidad social, porque los abuelos son de toda la sociedad, no interesa de quiénes son padres o hijos. Las políticas públicas, deberían ser instrumentos capaces de determinar los accesos y oportunidades para ellos.
Concretar un lugar físico para actividades sociales, culturales, recreativas y hasta educativas de acuerdo a la etapa de los abuelitos, es necesario para la población sanandreresina, en dónde los adultos mayores puedan obtener un servicio integral, donde predomine la calidez humana y el afecto de todos.
En este sentido, las circunstancias exigen a la autoridad municipal, que se fije en ese tipo de necesidades y pueda subsanar una realidad social de contención para los adultos mayores, a través de un recinto cultural y de esparcimiento.
